¡Menudo título más largo os traigo para la entrada de hoy! Pero no se me ocurría nada mejor; el marrón chocolate es uno de mis colores favoritos, ¡y sólo tengo un pintaúñas en ese color! Además, para este nail art os enseño un accesorio que me ha servido de inspiración: mi bolso Misako. ¿Os quedáis a ver el resto?
Esta monada de bolso llegó a casa en Navidad, y desde entonces me ha acompañado unos cuantos días; dese que lo vi, me enamoré de él y supe que, algún día, haría un nail art inspirado en el bolso. El elemento más característico es, sin duda, las rayas frambuesas, que marcan las líneas del bolso. Así que, era evidente que en mi manicura, debían aparecer rayas.
Como sabéis, siempre digo que menos es más; esta manicura es genial para cuando no tienes tiempo de elaborar un nail art complicado (mi caso en la mayor parte de las veces) y te gusta llevar unas manicuras originales sin caer en el exceso.
Como ya sabéis, la línea en un color marcando la zona donde comienza el blanco de la uña es un motivo que me encanta, lo habéis visto más veces aquí y aquí; en este caso, no iba a ser menos, y repetí el mismo patrón en todas las uñas: una única línea horizontal.
¿Cómo lo hacemos?
Damos una capa de esmalte base para proteger las uñas.
Damos una capa del esmalte color frambuesa; intentad que sea un tono que con una capa cubra bien. Yo he usado el #535 tickle me pink de Sally Hansen. Dejamos secar.
Ponemos una tira de nail tape (o celo cortado muy fino, en su defecto) a lo largo de la uña, justo donde empezaría la parte "blanca".
Aplicamos encima de la nail tape el esmalte marrón chocolate. He usado un pintaúñas de peluquería de la marca Tahe.
Muy rápidamente, sin dar tiempo a que seque el tono marrón, retiramos la nail tape con cuidado ayudándonos de unas pinzas de depilar.
Dejamos secar y sellamos con top coat.
Con respecto al pintaúñas Tahe, he de decir que es un soberano CHURRO. No me ha gustado nada: es un color muy oscuro pero no cubre, ¡nada! Tuve que insistir un montón para que no se viera el rosa debajo. Además, tarda un montonazo en secar, y es muy líquido. ¡Se me escurría hacia las cutículas! Fatal, fatal... Son de la peluquería a la que mi madre va habitualmente y, supuestamente, es una marca profesional. Creo que essence (por citar una marca low cost) le da mil vueltas.
Todo sea dicho: sólo he probado este tono. Quizá con otros no suceda, pero os lo cuento según me sucedió a mí :( Además, al día siguiente, la zona cercana a la cutícula había empezado a desintegrarse y asomaba el rosa por debajo. ¡Tuve que quitarme la manicura! Una lástima, de verdad.
Por supuesto, mi adorado Sally Hansen no me da ningún problema :)
¡Y hasta aquí la entrada de hoy!
Por supuesto, no podían faltar las preguntas: ¿tenéis alguna prenda de vestir o accesorio en el que os hayáis inspirado para haceros un nail art?
¿Conocéis la marca Tahe?
¿Qué otro esmalte marrón chocolate me recomendáis para sustituirlo?
Nos vemos guapas :)