¡Hola chicas! ¿Qué tal lleváis esta semana? Hoy, os voy a enseñar un nail art muy sencillo, pero que queda ¡muy resultón! Se trata de una manicura con triángulos, si os quedáis conmigo, os cuento todos los truquitos para que os quede perfecto.
¿Vamos allá?
Lo que más me gusta de esta manicura es que da la posibilidad de usar muchos colores a la vez. ¿Tenéis unos cuantos pintaúñas sin estrenar? ¡Pues es la oportunidad de dejar que tomen protagonismo en la manicura!
Tendremos que usar un color que predomine en la manicura: en mi caso, he usado este verde/azulón de KIKO (mi madre lo llama "agua sucia", pero yo creo que es un color muy bonito y especial para el otoño). ¿Os gusta tanto como a mí? Os recomiendo utilizar un tono apagado.
En mi opinión, dentro del mundillo del nail art, la clave no es tener un pulso envidiable, pinceles para manicura súper finos, o mucha destreza; sino que el truco está en servirnos de recursos que estén a nuestro alcance y que nos faciliten la vida. En este caso, para lograr líneas rectas, yo siempre apuesto por las nail tapes, me parece lo más sencillo que existe en este mundo.
Pero entonces... ¿cómo lo hacemos?
Fácil y sencillo... ¡pero hacen falta altas dosis de paciencia! Es una manicura que puede hacer cualquier principiente, pero os la recomiendo si tenéis un ratito largo y no vais a estar ocupadas con otra cosa.
Damos una capa de nuestro esmalte blanco en dedos corazón y anular.
Aplicamos una capa de top coat de secado rápido (y si no, esperamos muchísimo, ojo, que el esmalte tiene que estar súper seco!)
Colocamos las nail tapes tal cual están en el dibujo que os pongo aquí:
Vamos rellenando los triángulos a nuestro antojo, con los colores que hayamos escogido. Importante: intentad no tardar mucho en este proceso, puesto que si el esmalte se seca pronto, corremos el riesgo de retirarlo cuando quitemos las nail tapes. Para ayudarme a pintar estos huequitos, yo he usado una dotting tool, pero podéis usar pinceles, palillos...
Cuando todos los triángulos estén rellenos, retiramos las nail tapes en el sentido contrario al que las pusimos.
Dejamos secar ¡súper bien! y ya tenemos lista la manicura. Top coat y marchando :)
Como veis, los triángulos no tienen por qué quedar perfectos, nadie va a fijarse si los hay más pequeños o más grandes. De hecho, creo que resulta incluso bonito que haya algunos más chiquititos que otros, ¡me parece que le da un toque informal!
También os recomiendo, para que quede una manicura más dinámica, usar esmaltes con diferentes acabados: yo he utilizado dos esmaltes con acabado crema, otro con shimmer, y otro holográfico. Y vosotras diréis: "pero Belén, ¡apenas se nota!" Sí, lo sé... ¡pero es por las fotos!
Ya sabéis que muchas veces las manicuras ganan en persona, ¿no os ha pasado que hacéis una foto de vuestro nail art con el móvil y parece mucho más soso de lo que es en realidad? Por desgracia, ni vosotras ni yo tenemos estudios de fotografía ni cámaras potentes...
Todo este rollo para deciros que ¡en persona siempre se ve mucho más bonito!
Últimamente, me estoy dando cuenta de que me gusta mucho hacer manicuras, como yo las llamo, geométricas. Me gusta jugar con triángulos, líneas rectas, cuadrados... ¿Por qué? Porque encuentro que (para mí) son manicuras mucho más fáciles y rápidas de hacer.
¿A vosotras os gusta este estilo de manicura?
¿Qué hacéis para conseguir líneas rectas perfectas?
Contadme vuestros trucos, estoy deseando conocerlos :)