Hoy es 8 de marzo de 2016, día de la mujer trabajadora. Un largo camino de reivindicación por la igualdad, por reclamar nuestros derechos, por ser respetadas, año tras año. Y día tras día. Se lo pedimos a los hombres… Se lo pedimos a la sociedad… Primero empezamos en creer y apoyarnos entre nosotras mismas. Y luego utilicemos nuestros auto-conocimientos de Mujeres Infalibles para reeducarnos y creernos que tanto mujeres como hombres tenemos igualdad de condición humana, social y laboral. Nosotras hacemos el camino.
Dicen que trabajar y hacer faena es lo mismo. Y así es la vida misma. Cocinar, lavar, cuidar, crear, ir a trabajar o quedarse a hacer faena, estar ocupada y sobretodo, pero sobretodo ésto: compaginarlo todo y cuidarnos… Éste último, el cuidarnos es el tema de que va este post.
Hoy es día de de decirle al mundo: Estoy aquí y soy una mujer. Respétame y te respetaré. Pero vayamos más allá. Aprovechemos nuestro día reivindicativo para reclamarnos la unión entre las mujeres y decir: Somos mujeres. Respetémonos y seremos respetadas.
¡Cuántas mujeres habrán recorrido los mismos caminos que yo! En términos generales, la gran mayoría, me imagino. En cada caso particular e individual, todas las mujeres, diría yo.
En mi camino de mujer me he encontrado con: ser madre, luchar contra una enfermedad, luchar por un trabajo digno, estudiar mucho y contínuadamente para tener unos conocimientos y habilidades para un trabajo equitativo al empeño realizado, luchar por mi individualidad, por mis prioridades, por mi valía, por ser emprendedora de mi propia ocupación. Incluso he enfrentado el desprecio hacia mi persona, mi trabajo y mis dedicaciones.
Lo más triste de la historia es que a pesar de encontrarme con machistas de libro, la gran mayoría de veces que he sido menospreciada como persona, como mujer, o por lo que refiere a mi labor, ha venido de la propia Mujer.
A mi modo de entender la igualdad entre hombres y mujeres respeto a un trabajo digno con igualdad de condiciones salariales, de oportunidades y de condiciones *adaptadas (desde el entendimiento de la mujer en la sociedad y en la vida y desde el punto de vista actual socio-biológico de nuestra cultura); tiene más que ver con las capacidades de ést@s que con su género y/o atributos.
*Con lo de condiciones adaptadas me refiero al entendimiento y la comprensión del ser de la mujer. Me explico. Ya partiendo desde los naturales ciclos hormonales a los que estamos sometidas, pasando por la experiencia de la maternidad y la lactancia, si es el caso, (que además suelen coincidir en plena fase de realización laboral) y llegando a la compaginación familia-trabajo… Todavía hoy en las casas de familia se puede ver a la mujer acarreando con muchas de las atenciones y dedicaciones que adentro se requieren. El concepto de lengua materna no es en vano. Viene de qué la enseñanza, la crianza, el lenguaje, las palabras, los conceptos que éstas representan lo enseña la Madre, por lo general, quien pasa más tiempo con las crías (por los motivos socio-cultrales que vengo declarando en este post). A favor de los hombres decir que como en todas las especies de la naturaleza, y los humanos no somos ni menos ni más, la madre es hoy por hoy (casi) indispensable para que una cría sobreviva.
¿A quién revindicamos nuestros derechos de ser aceptad@s por igual mujeres que hombres?
Pedimos ser respetadas y valoradas por las numerosas tareas que llevamos encima, las cuales afectan a la familia, sí, en primera instancia, pero que acaban repercutiendo en la sociedad.
¿Se lo estamos reivindicando a los hombres? ¿O a la sociedad? ¿Quién es la sociedad? La sociedad somos tod@s.
Es nuestra responsabilidad, la de las mujeres, educar correctamente a nuestros hij@s para un presente de igualdades. Igual que es nuestra responsabilidad hacer piña con las mujeres. Todas. Cada día del año. En cada camino que nos encontremos. Si cabe, reeduquémonos a nosotras mismas y plasmemos en nuestr@s hij@s el tipo de sociedad que anhelamos. Sin este tipo de prácticas, el 8 de marzo será un día internacional X más. Y mañana será otro día. E igualmente la sociedad lo hará. Esta sociedad a la que le estamos reivindicando nuestros derechos, valores, reconocimiento e igualdad igualmente lo hará, porqué ¿Quién es la sociedad?…
El respeto empieza por nosotras mismas. En el apoyo mutuo. Empecemos por nosotras mismas. Por una misma y continuemos con nuestras féminas, las de más cerca, las de allá, y las de más allá. Todas.
Está en nosotras el cambio de la sociedad. En nosotras mismas. En nuestra mente y sabiduría. En nuestra naturaleza y entorno. En nuestra crianza. Y en nuestro camino.
El conocimiento es poder (Madonna).
En el outfit del día llevo vestido de pana de Boohoo, camisa con cuello joya de Forguet Me Not, botas Clarcks, chaqueta de piel de Mango, gafas de sol de Prada y bolso de mano de Elle Magazine. El carmin de los labios es el Rouge Coco de Chanel.