Esta entrada va dirigida para todas aquellas personas que quieran realizar algo de ejercicio para mantenerse activo, sin necesidad de estar cachas ni querer estarlo, y también para los que como a mí, nos cuenta salir a correr o hacerse unos largos en la piscina.
Comencé con este método de entrenamiento hace unos años, cuando aún con un gran ritmo físico en el trabajo, me sentía "floja" y lo peor de todo, es que cada vez tenía más dolencias físicas: dolor de espalda, dolor de cintura, pesadez de piernas... Como he dicho anteriormente, me cuesta mucho salir a correr o caminar, ir en bicicleta o echarme unos largos en la piscina, unos de los deportes más recomendados para cualquier persona. Por eso, probé el Pilates y ahora no quiero otra cosa.
Para quien piense que este deporte es sólo estirar y conseguir más elasticidad....les invito a una clase!! Tienen que ver a los chicos de gym sin poder llegar a terminar los ejercicios mientras que las personas mayores lo hacen sin mayor complicación. ¿A qué se debe? A que no sólo son estiramientos, es uno de los deportes más completos que conozco, ya que implica:
Resistencia
Fuerza
Control
Equilibrio
Fortalecimiento
Elasticidad
Además, como su propia definición indica, también es un entrenamiento mental, no sólo físico.
Puedo tener un día horroroso, que cuando entro a la sala de Pilates se me quita todo. La concentración en mi respiración y en los movimientos de mi cuerpo hacen que me olvide del resto del mundo. Y esa sensación es genial.
Lo recomiendo tanto para mujeres como para hombres, ya que los beneficios que aporta el Pilates no entienden de sexo. Incluso ya hay clases específicas para mujeres embarazadas. Sea cual sea tu situación física, pregunta por los ejercicios que te vendrían bien según tu historial de lesiones o dolencias, ya que los ejercicios se pueden adaptar para que disfrutes de la sesión y no tengas ningún dolor añadido.
Particularmente a mí me gusta mucho el Pilates suelo, mientras que evito hacer ejercicios en las máquinas. En la primera variante, juegas con tu cuerpo, tu peso y tu estatura son las únicas variables que entran en la ecuación, es decir, trabajas contigo mismo. Con las máquinas, añades peso y resistencia de forma enérgica, por lo que la intensidad es más fuerte y la libertad de movimiento menor. Lo probé durante un tiempo, y como es más difícil controlar los movimientos, al final me iba a casa con dolor de cuello.
En el Pilates suelo solemos utilizar algún que otro elemento para variar los ejercicios, como la fitball, mancuernas de pocos kilos, las cintas elásticas o un simple palo de madera. Con estos artilugios buscamos añadir algo de complicación a la hora de buscar el equilibro, algo más de resistencia o más peso para trabajar más los músculos. Sin embargo, para mí es muy diferente a trabajar en las máquinas, en el suelo es más controlable y siento que mi cuerpo responde mejor a estos ejercicios que estando en las máquinas.
También he realizado algunos ejercicios de Pilates en suspensión, y esta sensación es increíble. Al estar suspendida, el peso de tu cuerpo no lo soportas tú, por lo que la libertad de movimiento es infinita, y la sensación de descanso es total.
Lo importante del método es llevarlo al día a día. Es decir, con los ejercicios que realizamos en clase corregimos posturas, practicamos la respiración profunda y la relajación, concentrándonos en nuestro cuerpo únicamente, y lo bueno de practicarlo es llevarlo a nuestra vida cotidiana. Sentarnos en la oficina o a comer, estar de pie durante un buen rato, esperar en la cola del supermercado... todos estos momentos del día pueden hacernos menos daño a nuestra salud si controlamos nuestra posición corporal y nuestra respiración.
Aprovecho una publicación de mi compañera bloguera Carolina Llovera, del blog Mi meta, Tu salud para ilustrar aún más los beneficios de estos ejercicios. Por cierto, no dejes de pasar por su blog que tiene mucha info interesante y aplicable al día a día.
¿Han probado alguna vez este método?
¿Qué tal les ha ido?
¿Hacen otro tipo de ejercicio?
Besos,