Llegó, sí, llegó. Pero… ¡No pasa nada!
De momento hoy me siento igual, y tampoco me he visto ninguna arruga más, ni el culo más caído, ni tengo 2 kilos más… ¿Y si los tuviera, qué? Señal de que día tras día la vida sigue, y yo sigo en ella sonriendo. Así que…
¡Bienvenidos son estos 30 añazos!