La tentación de irse a dormir sin haber limpiado previamente nuestra piel puede ser demasiado fuerte, pero a la larga puede tener consecuencias negativas para nuestro rostro.
A través del trabajo de desmaquillado no solo eliminamos de nuestra piel los restos de maquillaje, también la suciedad y polución que se ha ido adhiriendo al rostro a lo largo del día.
Nuestra piel y nuestros poros necesitan respirar y para ello deben estar limpios y libres de todo resto de maquillaje. Tener la mala costumbre de no desmaquillarse puede causar importantes problemas en la piel como un envejecimiento prematuro, falta de luminosidad, aparición de puntos negros y agravamiento de problemas como el acné o los eccemas.
No desmaquillarse siempre trae efectos adversos, ahora bien, la mayor o menor presencia de esos efectos adversos va a depender de múltiples factores como: el tipo de piel que tenemos, el tipo de producto que hemos aplicado (base, maquillaje, hidratante con color, etc.) y la calidad de los productos cosméticos que usamos.
Tan importante como desmaquillarse es saber hacerlo bien. Si usas productos para los ojos o los labios de larga duración, deberás desmaquillarlos con desmaquilladores específicos para ojos o labios.
Para el resto de la cara basta con aplicar leche desmaquilladora y retirarla con un algodón, incidiendo en aquellas zonas en las que se acumula más grasa (la zona T). Para finalizar aplica un tónico hidratante y termina con tu hidratante de noche habitual.
Desmaquillando tu rostro a diario notarás que el mismo tiene un aspecto más sano y fresco.