Aunque ducharse es importante, no siempre lo hacemos bien. Los expertos en el cuidado de la piel recomiendan no usar agua demasiado caliente. El agua demasiado caliente contribuye a la deshidratación de la piel, así que es mejor optar por el agua templada. Además, si tienes que tomar más de una ducha al día, es mejor que en la segunda ducha diaria no uses ningún tipo de jabón.
¿Eres de las que sale de la ducha y se frota fuerte todo el cuerpo para secarse rápido? Si es así lo estás haciendo mal y puedes estar causando daños a tu piel. Los dermatólogos recomiendan secar la piel del cuerpo y de la cara mediante ligeros toques con la toalla, de esta forma se evitan irritaciones.
Tras la ducha la piel pierde hidratación, la mejor manera de devolvérsela es aplicar una crema o loción hidratante adaptada para nuestro tipo de piel. Recuerda aplicar la crema siempre y no sólo cuando veas que tu piel presenta algún tipo de daño.
Hay personas que tienen la costumbre de tocarse mucho la piel, especialmente la de la cara. En la medida de lo posible este tipo de conductas deben evitarse, ya que lo que estamos haciendo cada vez que tocamos la piel es llevar gérmenes de un lado de nuestro cuerpo a otro. Esto afecta a nivel estético y también puede causar problemas de salud, por ello los médicos recomiendan lavar con frecuencia las manos.
Por último, si tienes acné no revientes los granitos. Esta acción irrita la piel y puede hacer que queden marcas en la piel e incluso puede provocar una infección.