Al llegar el cambio de estación y el buen tiempo, much@s de nosotr@s decidimos perder algunos kilos de más, acumulados durante los meses de frio. En este artículo analizamos las claves y los mitos en este proceso.
¿Qué tipo de dieta seguir en este proceso?
Serán muchas las dietas que has podido leer o poner en práctica. Algunas basadas en ingerir solo pescado a la hora de comer y carne a la hora de cenar, otras, estando en ayunas un día, otras basadas en comer solo alimentos de un color, o incluso dietas hiperproteicas..
Pues bien, tienes que saber que estas dietas no tienen un fundamento científico o son gravemente perjudiciales para la salud. Por lo tanto, la única alternativa posible para perder esos kilos de un modo saludable y eficaz es crear un balance energético negativo. Esto es, básicamente, ingerir menos Calorías de las que necesitas.
Las dos claves?
Tienes dos alternativas.
1- Por un lado, practicando deporte, aumentas la cantidad de energía que necesitas, por lo que será más fácil obtener ese déficit.
2- La otra estrategia consiste en ingerir menos Calorías de las habituales en tu dieta manteniendo tu ritmo de vida normal, de tal modo que también estás favoreciendo ese balance energético negativo. Esto lo debes hacer durante un tiempo más o menos prolongado, en función de tus necesidades/ objetivos.
¿Cómo hacerlo?
Lo más importante es la motivación y las ganas de hacerlo, de conseguirlo. Para mantener esa motivación en niveles altísimos es importante que te fijes objetivos a corto plazo y que sean alcanzables. El seguimiento es muy importante, puedes pesarte en una báscula convencional una vez por semana. Otro aspecto que te puede ayudar es planteártelo unos meses antes del verano, y no a última hora, deprisa y corriendo. Intenta que la pérdida de peso no sea muy acusada, para disminuir el conocido efecto rebote. Puedes tomar como referencia una pérdida de 0,5 kg/ semanales.
¿Debo eliminar algún grupo de alimentos?
Para conseguir el citado balance negativo NO debes eliminar ningún grupo de alimentos. Debes tomar: cereales, legumbres, frutas, verduras, carne, pescado, aceites (sobre todo de oliva), lácteos y huevos. Esto se debe a que cada uno de los grupos tiene multitud de nutrientes, algunos de los cuales necesitamos tomarlos en la dieta, es decir, no los podemos formar en nuestro propio cuerpo, y van a ser necesarios para un estado total de salud y bienestar. Por lo tanto, nos tendremos que centrar en moderar la cantidad.
La dieta vegana/ vegetariana sería una excepción, en la cual, si está bien planteada, no tiene el por qué existir carencias
¿Qué consideraciones generales recomendaría yo?
-Tomar el agua necesaria para las Calorías de tu dieta. Recuerda que el agua te aportará saciedad y ayuda a eliminar los metabolitos de desecho.
-Realiza 5 comidas al día. No te servirá de nada eliminar una comida. La clave está en el autocontrol, y saltarte una comida, te podrá llevar a tomar más en la siguiente.
-Realiza todos los días entre 40 minutos y una hora de ejercicio.
-Toma los lácteos desnatados. La grasa de los lácteos no tiene importancia desde el punto de vista nutricional, y nos supone un ahorro energético.
-Elimina el consumo de grasas, embutidos y bollería. Que la grasa provenga fundamentalmente del aceite de oliva.
-No consumas alcohol ni refrescos en tu dieta.
-MODERA LA CANTIDAD.
Todo lo comentado son pequeñas ayudas que esperamos que te sirvan de ayuda para este verano 2015. No obstante, si deseas un trato individual, con dieta personalizada y totalmente acoplada a tu persona para facilitarte la tarea, no olvides ponerte en contacto conmigo.
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