Hoy nos proponemos que de una vez por todas le pierdas el miedo que durante mucho tiempo te han inculcado hacia las grasas. Las grasas, por ser el macronutriente que más calorías aporta y la manera en la que el organismo genera sus reservas de energía se las etiquetó como las malas de la película y en las dietas se restringían mucho. Seguro que has oído alguna vez; no tomes más de dos cucharadas de aceite al día, o consume los lácteos descremados, o ojo con el aguacate y los frutos secos que tienen mucha grasa y engordan y otras frases por el estilo alrededor de este nutriente.
Evidentemente, si miramos la dieta simplemente como un cómputo de calorías totales sería tan sencillo como eliminar las grasas, que son las que más calorías aportan y listo. Pero se ha visto que las dietas restrictivas que reducen mucho el aporte de calorías totales no funcionan a largo plazo porque el cuerpo se va adaptando a esa menor ingesta de calorías y lo que hace es empezar a consumir menos energía. La persona ve que a pesar del esfuerzo no obtiene resultados, se frustra, deja la dieta y viene el conocido efecto rebote. El cuerpo que se había acostumbrado a funcionar con pocas calorías ahora vuelve a consumir más y engordas incluso por encima del peso original.
No es tan simple como restringir la cantidad de comida y punto. Hay tantos casos como pacientes y cada paciente es diferente. Influyen factores como la edad, el ejercicio, enfermedades, sexo, trabajo, horarios, gustos y preferencias, entre otros, aspectos vitales a tener en cuenta a la hora de preparar un menú. Y es aquí donde te quiero hablar de las grasas. Las grasas por un lado aportan más calorías sí, pero también tienen un efecto muy importante y es que aportan SACIEDAD. Esto es clave en cualquier dieta. Que la persona se sienta saciada ayudará a evitar picoteos intermedios que suelen ser, snacks, dulces o refrescos nada recomendables.
No es lo mismo una grasa que otra
En lugar de volverte loco o loca con todos los tipos de grasa que hay os voy a dar una lista de alimentos grasos que es recomendable incluir en la dieta.
Aceite de oliva virgen extra: Ideal para su consumo en crudo. También para cocinar porque resiste bien las altas temperaturas.
Frutos secos: La mejor opción es consumirlos crudos o si acaso ligeramente tostados. En ensaladas o completando un salteado de verduras, de merienda junto con una fruta o una crema de ellos en el desayuno sobre un pan integral.
Semillas: Como el sésamo o las semillas de calabaza o girasol. Cómelas ligeramente tostadas para facilitar su digestión. Son ideales acompañando ensaladas, cremas u purés.
Aguacate: Ideal en el desayuno con una tortilla o un huevo a la plancha y un trozo de pan integral. En ensaladas o para preparar aliños, salsas e incluso postres.
Coco: Demonizado durante años, se ha visto que ayuda a mejorar la salud cardiovascular y en dietas de adelgazamiento. La leche o aceite de coco, se pueden usar en muchas recetas tanto saladas como dulces.
Grasa de animales terrestres: La temidas grasas saturadas. Ten en cuenta que no es lo mismo una carne procesada (embutidos, salchichas, patés, etc) que una sin procesar. El cuerpo necesita grasa saturada y si se la aportas de calidad ganarás en salud.
Grasa de animales acuáticos: EL famoso omega tres y todas sus propiedades, al menos una vez a la semana incluye un plato de pescado azul. Esta semana te ofrecemos un menú rico en todo esto tipo de grasas, lo hemos llamado Menú Grasas Saludables y está pensado para ayudarte a seguir una dieta saludable y equilibrada.