Redondos, cuadrados, hexagonales, planos, de semiesfera, con forma de diamante… qué sé yo, cuando parece que no queda más por inventar siguen apareciendo formas y formas diferentes de apliques para las uñas. Y es que es una solución perfecta, como os decía, para esos días de falta de tiempo o de imaginación. Hay quien los coloca con pegamento especial para las uñas, pero no es mi caso. Desde que empecé con esto allá por ¿2005? con las pegatinas de turno y los cuatro brillitos que conseguía encontrar por los bazares, los he pegado siempre con top coat, el esmalte transparente con el que finalizamos las manicuras. Y después de que esté todo seco suelo dar otra pasada para encapsularlas y que no salten tan fácilmente.
Truco ya veis que no tiene, ¡cosa más sencilla no existe! Y rápida es un rato -¡qué ironía xD!-, más si utilizáis un top coat de secado rápido como mi querido de la marca Poshé. Las manicuras que se pueden obtener usando apliques son infinitas, casi irrepetibles, aunque justamente yo he copiado esta idea tal cual a Nailiness, podéis ver la original aquí. Me encantó nada más verla, qué pulida, qué sencilla… ¡la quiero! Así es que dicho y hecho, ¿qué os parece?
¡Qué bien sienta completar manicuras pendientes! Y ahora sí, superada la pereza ¡ya voy lista y monísima!
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