La palabra “macro” es un término de origen griego y significa “gran”, mientras que “bio” significa vida. La dieta macrobiótica significa en pocas palabras “el arte de la gran vida”.
La dieta macrobiótica y su forma de vida se basa en el concepto de la energía que hay en el universo y esta energía está presentada con 2 polaridades complementarias e inversas al mismo tiempo (el ying y el yang).
De este modo, al ying y el yang se aplica a la clasificación de los alimentos definiendo los alimentos de la siguiente forma:
Ying: Alimentos alcalinos, suaves, fríos, pasivos o femeninos
Yang: Alimentos ácidos, fuertes, calientes, activos y masculinos
La salud para las personas macrobióticas está en el equilibrio entre el ying y el yang.
En este modo de vida y de alimentación se aplica una medición de 10 puntos que va desde el -3 hasta el +7 y se consiste en ir eliminado los productos de origen animal que estarían en el grado -3 y posteriormente ir eliminando otros alimentos hasta llegar al punto 7 que sería la dieta macrobiótica ideal en la cual solo se comen cereales y agua de manera limitada.
Hay una forma de hacer una alimentación macrobiótica para las personas lactantes a base de arroz integral, semillas de soja y de sésamo, avena, judías, trigo y agua.
Este tipo de vida se puede considerar en sus estados avanzados refiriéndose a la nutrición como una manera de alimentación poco equilibrada.
Suelen presentar carencias en vitaminas A, B12, C y minerales como el calcio o el hierro además de que no cubre las necesidades de lisina.
Especialmente el calcio y el hierro ven mermado su aporte nutricional porque en este tipo de nutrición se consume básicamente alimentos integrales.
Limitar el consumo de agua supone poder llegar a deshidratarse y al mismo tiempo los suplementos de vitaminas y dietéticos están también limitados por lo que este tipo de vida y este modo de alimentación suele presentar carencias nutricionales.