Dejada ya atrás la Navidad y todos los excesos que ésta ha supuesto para la mayor parte de nosotros, empezamos a mirar ya con ilusión al verano y a plantearnos mejorar nuestra silueta para poder lucir mejor que nunca esa ropa veraniega que tanto nos gusta. Por ello, es hora de comenzar a hacer balance de lo que debemos mejorar de nuestros hábitos de alimentación y de deporte.
Aunque todavía nos quedan unos meses para poder guardar el abrigo definitivamente en el armario, febrero se convierte en el mes ideal tanto para intentar perder el peso ganado durante el invierno y para iniciar la famosa 'operación biquini' sin agobios. Con un poco de paciencia, fuerza de voluntad y teniendo en mente unas consideraciones básicas, podemos reducir esos kilos de más con menos esfuerzo del que pensamos.
Pierde los kilos de más y mantente en tu peso
En invierno, sin darnos cuenta, solemos descuidar un poco nuestro cuerpo. Ya sea por la Navidad o porque los jerséis nos hacen sentirnos más seguros con respecto a nuestra silueta, lo cierto es que muchas personas se dan cuenta de que han cogido dos o tres kilos de más. Si es tu caso, lo importante es abordarlos cuanto antes, para evitar que pueda ir a peor.
Afortunadamente, en estos casos tan sólo tendremos que replantearnos nuestros hábitos alimenticios e intentar mejorarlos. No se trata de hacer dieta, sino de comer más equilibrada y saludablemente. "Con unas comidas ordenadas y la ingesta del líquido suficiente será suficiente para recuperar la figura", explica la doctora Cristina de las Heras de los centros médico-estéticos Instimed, quien además da unas claves básicas para perder y mantener el peso:
Realizar sólo un plato fuerte al día: arroz, pasta, patatas, legumbres, etc., y no comer estos menús más de tres veces a la semana.
Tomar al menos un plato de verdura o ensalada al día, lo más fresco posible.
Intentar no picotear entre horas y para evitarlo comer cuatro o cinco veces al día.
Ingerir las raciones de fruta diarias recomendadas.
No tomar postre ni dulces después de las comidas.
Beber dos litros de agua diarios.
Cenar al menos una vez por semana sólo fruta.
Tomar pescado o pechuga de pollo tres o cuatro veces por semana.
Sustituir un día a la semana la comida o la cena por una ensalada completa.
Prescindir de salsas muy elaboradas, rebozados y todo tipo de comida rápida o bollería industrial.
Evitar consumir alcohol.
Asimismo, hay que recordar que para completar una dieta sana y equilibrada, no hay nada mejor que practicar ejercicio. La doctora, por ejemplo, recomienda caminar unos 15-20 minutos diarios, pero si dispones de tiempo, lo más adecuado es proponernos una serie de ejercicios, ya sea en casa o con la ayuda de un profesional en el gimnasio.
Si estás pensando en una dieta más estricta
Aunque cuando el peso ganado supera los dos o tres kilos el sacrificio debe ser mayor, nunca hay que darse por vencidos. Ante estos casos, la necesidad de someternos a un régimen más estricto se vuelve imperiosa, pero siempre hemos de tener muy presente la importancia de acudir a un especialista y huir de las dietas milagro.
La experta asegura que es esencial "seguir las indicaciones marcadas por un nutricionista y no tener prisa por bajar esos kilos que nos sobran", ya que perder peso de manera demasiado rápida puede llevarnos a carencias nutricionales y al llamado 'efecto rebote' que no pondría solución al problema. Por ello, de las Heras recomienda "marcarnos objetivos alcanzables e ir poco a poco".
Igualmente, los avances en medicina estética pueden ayudarnos a conseguir nuestras metas, gracias a las nuevas tecnologías que permiten eliminar grasa localizada y atacar a la flacidez que puede devenir de los cambios de peso. Una de las más eficaces en la actualidad es la radiofrecuencia, "que mediante la producción de nuevas fibras de colágeno logra eliminar este problema".
Sea cual sea nuestro objetivo más inmediato lo más importante es centrarnos en nuestra salud, tener perseverancia y hacer de nuestra fuerza de voluntad nuestro principal arma para vencer a los kilos de más y por fin lograr sentirnos bien con nosotros mismos.