Hoy vamos a ver con detalle todo lo que necesitas saber para prepararlo, para usarlo correctamente y para aprovechar al máximo todas sus propiedades.
Aceite de magnesio casero
Preparar aceite de magnesio en casa es muy sencillo, se hace en menos de cinco minutos, no hace falta tener utensilios especiales, ni ingredientes raros. Todo lo que necesitas es:
CLORURO DE MAGNESIO (se compra en farmacias y herbolarios)
agua sin cloro: de manantial o agua embotellada
Eso es todo. Si quieres, puedes añadir unas gotas de aceite esencial de lavanda, manzanilla, romero o similar (se compran en herbolarios). Es un añadido interesante, pero no es imprescindible. También necesitarás
un vaso normal, vale uno de la cocina
un cazo o un hervidor de agua
un bol de tamaño mediano, que no sea de metal y resista el calor
una cuchara de plástico o de madera
una botella con tapón de spray para guardar el aceite
Tiene que ser Cloruro de Magnesio
Cuando llegues a la farmacia o al herbolario te contarán que hay varios tipos distintos de preparados de magnesio: carbonato, quelato, leche de magnesio. Todos son estupendos, todos tienen su función y sus propiedades, pero no valen para hacer aceite de magnesio: el único con el que se puede hacer este aceite es el CLORURO de MAGNESIO. Pídelo así.
¿Cuánto cuesta el Cloruro de Magnesio?
No es caro, el que yo utilizo (el de Ana María LaJusticia) se consigue en cualquier herbolario en España por unos 5 euros si compras el bote de 200 gramos y por unos 8 euros si compras el bote de 400 gramos. Con el pequeño te alcanza para empezar.
Fuera de España el precio dependerá sobre todo de la cantidad que te vendan: en algunas farmacias tendrán envases pequeños pero en otras solo tienen el Cloruro de Magnesio en botes o paquetes de 1 kilo o más. Evidentemente el envase de 1 kilo cuesta bastante más, así que pregunta a ver si en otro lugar lo tienen en tamaños más pequeños o busca a alguien con quien repartir el envase grande.
¿Cómo se prepara?
He grabado este vídeo para enseñarlo y que no quede ninguna duda. El proceso es muy, muy sencillo
En resumen
Mide medio vaso de cloruro de magnesio y échalo en un bol o en otro recipiente de loza, cristal o plástico resistente al calor (yo uso una jarra de cristal)
Aparte, en un cazo o en un hervidor, calienta el agua y cuando haya hervido usa el mismo vaso de antes para medir medio vaso de agua caliente
Echa el agua caliente en el bol donde tenías el cloruro de magnesio y remueve con una cuchara de plástico o madera hasta que el cloruro se disuelva
Deja que se enfríe y ahí tienes tu aceite. Tócalo, ¿ves como ya no es agua? Ahora solo queda guardarlo en una botella con tapón de spray para poder usarlo con comodidad
Si quieres, puedes añadir unas gotas de aceite esencial. Yo le he puesto aceite de lavanda, que favorece la relajación y el buen descanso. Este paso es opcional; si no tienes aceite esencial, no se lo pongas. No necesitas hacer nada especial para conservar el aceite: no hace falta guardarlo en el refrigerador. Las mismas sales de magnesio ya hacen de conservante
Esto es importante
Como has podido ver, uso un vaso de cristal para medir el cloruro de magnesio y el agua, hago la mezcla en una jarra de cristal y la remuevo con una cuchara de plástico.
¿Por qué? Porque el cloruro de magnesio no debe ser manipulado con ningún utensilio de aluminio o de cualquier otro metal porque reaccionan con las sales de magnesio y pueden contaminar la mezcla. El único metal que no hace esta reacción, el único que se puede usar durante la preparación del aceite de magnesio es el acero. Por eso mismo he elegido para guardarlo una botella de cristal con tapón de acero. La he comprado en una tienda de cacharros de cocina (es un pulverizador de aceite)
En Amazon tienen una muy parecida por poco más de 6 euros, aquí Fackelmann 46875 Pulverizador de aceite
Otra buena opción es este Set de 2 Botellas de Vidrio Azul con tapón de plástico y capacidad de 100 ml cada una. Son las clásicas botellas que se usan en aromaterapia, puedes preguntar en el herbolario si tienen algo similar.
¿Cómo se usa el aceite de magnesio?
El aceite de magnesio se usa para hacer un tratamiento transdérmico: es decir, a través de la piel. Usando la botella de spray pulverizamos el aceite sobre la piel, luego lo extendemos dando un masaje y dejamos que se absorba.
Los primeros días aplica el aceite en la planta de los pies. Lo más cómodo es hacerlo por las noches, antes de irte a dormir.
Después de una o dos semanas empieza a ponerlo también en el abdomen y los muslos, al menos una vez al día.
Más adelante podrás usarlo también en las axilas, si quieres. No solo es un buen lugar para que se absorba el magnesio, sino que también funciona como desodorante natural.
Poco a poco ve aumentando la cantidad de aceite que te aplicas cada día: lo ideal es llegar a unas 12 a 15 pulverizaciones (es decir, la cantidad que sale al apretar el tapón de la botella unas doce a quince veces en total a lo largo del día)
Dos cosas a recordar
El aceite de magnesio se aplica sobre la piel seca y limpia. Hay que dejar que se absorba por completo y después te puedes vestir (o irte a dormir, si te lo pones por las noches). ¿Te resulta incómodo dejar el aceite sobre la piel? Espera unos 30 minutos antes de ducharte. Si te duchas antes, el magnesio no tendrá oportunidad de traspasar la barrera de la piel y el tratamiento no funcionará.
Si tienes la piel muy sensible o recién depilada puedes notar un picor bastante intenso. Para solucionarlo añade más agua hervida al aceite de magnesio, hasta un máximo de medio vaso. Empieza con ese aceite más ligero hasta que notes que tu piel se acostumbra y ya no te molesta. Entonces puedes volver a hacer el aceite con las cantidades originales: la misma medida de agua que de cloruro de magnesio.
¿Cómo funciona? ¿Es un quemagrasas?
No, no es un quemagrasas. No trabaja disolviendo las grasas del cuerpo ni nada parecido y sin embargo funciona mejor que cualquier quemagrasas, ¿quieres saber por qué?
Porque si te falta magnesio te costará mucho más adelgazar, incluso con una buena dieta, haciéndola a rajatabla, bebiendo lo suficiente y con ejercico diario
Y esa es la cuestión: que la mayoría de nosotros ya tiene falta de magnesio antes de empezar la dieta. No hay cifras oficiales, pero se calcula que entre un 60 y un 80% de los adultos tenemos una falta importante de magnesio. Por si esto fuera poco, al empezar una dieta baja en hidratos se pierde más magnesio de lo normal en la orina con lo que los síntomas se vuelven más y más molestos.
Si te falta magnesio
Esas son algunas de las cosas que suceden cuando te falta magnesio
comes más sin darte cuenta
tienes más episodios de “ansiedad por la comida”: te sientes más nervioso e irritable que de costumbre y te cuesta mucho más no resolver tu ansiedad atracándote de esas cosas que sabes que no te convienen (bollería, comida rápida, patatas fritas y demás)
Por si eso fuera poco, incluso si llevas la dieta a rajatabla
a tu cuerpo le costará mucho más quemar la grasa que tienes almacenada
no serás capaz de absorber todos los nutrientes de tus comidas
no aprovecharás al cien por cien las proteínas
cualquier hidrato disparará tus niveles de insulina en sangre (y cuando la insulina sube demasiado almacenamos grasa en lugar de quemarla)
Además, si te falta magnesio te costará quedarte dormido y te levantarás con la sensación de no haber descansado. ¿Qué tiene que ver esto con adelgazar?
la falta de sueño hace que suban los niveles de la hormona del estrés, el cortisol (y cuando el cortisol sube almacenamos grasa, sobre todo en la zona de la cintura y el abdomen)
la falta de sueño altera los niveles de leptina y grelina, dos hormonas responsables del apetito y la sensación de saciedad (por lo que tendrás más hambre y te costará más sentirte saciado incluso después de comer bien)
La relación entre falta de magnesio, metabolismo y obesidad es muy compleja: yo he intentado resumirla tan solo en cuatro ideas, pero hay mucho más.
Más sintomas
Los más característicos son un cansancio extremo, irritabilidad, ansiedad, cambios bruscos de humor, sensibilidad extrema a los ruidos, problemas para dormir, sensación de presión en el pecho,pasarse el día suspirando sin saber por qué, dolores musculares (y en el caso de las mujeres, reglas mucho más dolorosas y un síndrome premenstrual más acentuado), dolores en las articulaciones, tics alrededor de la boca o los ojos, sensación de tener un nudo en la garganta o de tener algo atravesado, hormigueo en manos y pies, que “se queden dormidos” con frecuencia, pies y manos siempre fríos, calambres en las piernas, pinchazos en los dedos. Algo que también es muy frecuente es hacer mucho más sarro en los dientes de lo que era habitual, incluso manteniendo una buena higiene bucal.
¿Por qué tenemos falta de magnesio?
Primero, porque hemos estado comiendo mal: demasiados alimentos procesados, demasiadas harinas blancas, demasiados azúcares, refrescos. Todo eso va agotando nuestras reservas de magnesio. Pero incluso si comes de forma sana, tomas cacao puro, verduras de hoja verde, cereales integrales ricos en salvado y demás, es probable que te falte magnesio: desde que se comenzó a cultivar de forma intensiva y se dejaron de usar abonos animales, las tierras de cultivo han perdido magnesio por lo que resulta muy complicado llegar a cubrir las necesidades de este mineral sólo a través de la comida.
Si quieres profundizar en el tema, hay libros estupendos en los que te cuentan esto con todo lujo de detalles: tienes por ejemplo los de Ana María Lajusticia, una de las mejores y más reconocidas especialistas en magnesio.
Beneficios del aceite de magnesio
El aceite de magnesio es tan potente que empezarás a notar sus efectos ya desde la primera semana de tratamiento: te sentirás mejor, dormirás mejor, tendrás más energía y lo notarás también en la báscula.
¿Te resulta raro hacer un tratamiento de magnesio a través de la piel? El tratamiento transdérmico es la forma más rápida y segura de recuperar el magnesio que te falta: usando este aceite a diario podrás alcanzar unos niveles óptimos de magnesio en 4 a 6 semanas, mientras que si tomas el magnesio en pastillas o comprimidos necesitarás de 4 a 6 meses. Una vez que llegues a este punto, puedes continuar aplicándote el aceite durante todo el tiempo que quieras: la piel absorbe justo la cantidad de magnesio que necesita, no hay riesgo de pasarse de dosis.
Alternativas al aceite casero
Puedes comprar aceites de magnesio ya preparados: tienen una concentración de sales mayor que el que hacemos en casa. Dos de las marcas más conocidas son Ancient Minerals y Better you Magnesium oil
Si lo prefieres, puedes tomar magnesio en cápsulas o pastillas efervescentes. Busca una marca que no añada azúcar en la lista de ingredientes, como estos de Aquilea que puedes ver en la fotografía: Magnesio Aquilea efervescente sabor limón o Magnesio-Potasio Aquilea efervescente sabor naranja
También puedes comprar carbonato de magnesio y mezclar una cucharadita con yogur, para que resulte más agradable. Un complemento de colágeno + magnesio te ayudará a recuperar el magnesio que te falta a la vez que mejoras la salud de tus músculos y huesos
CONTRAINDICACIONES
Si tienes insuficiencia renal (fallo renal) debes consultarlo con tu médico antes de empezar un tratamiento con aceite de magnesio. ¿No tienes ni fallo renal? Entonces puedes usar aceite de magnesio sin problemas: el tratamiento con aceite de magnesio es seguro, no hay riesgo de sobredosificar y causar una intoxicación por exceso de magnesio (la piel absorbe sólo el que necesitas)
Más información
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