La noción misma de que engordamos porque consumimos más calorías de las que gastamos no existiría sin la creencia mal aplicada que las leyes de la termodinámica. La obesidad no es un trastorno del equilibrio de la energía (calorías que consumimos vs calorías que gastamos). Aquí la primera ley da la termodinámica (ley de conservación de la energía) simplemente no se aplica.
Otro concepto equivocado: gastar más energía que la que consumimos haciendo más ejercicios resolverá para siempre nuestro problema de sobrepeso. ¡Ojo no estoy diciendo que hacer ejercicio no es bueno! Al contrario es muy importante para mantenernos en forma.
La equivocación aquí reside en el hecho que no se toma en consideración el hecho que la elección de comer menos y hacer más ejercicio no tiene un efecto sobre la otra parte de la ecuación.
Si no comemos suficiente no solo pasamos hambre pero también estamos letárgicos, sin hablar que estamos malhumorados y depresivos, sin olvidar que nuestra temperatura corporal baja. Por otra parte el aumento de actividad física hace que tenemos más hambre. ¿Quién come más un leñador o alguien que trabaja sentado todo el día?
A principios de la década de 1970, George Wade, un investigador de la Universidad de Massachussets experimentó sobre la relación entre las hormonas sexuales, el peso y el apetito eliminado los ovarios de las ratas y observó sus pesos y comportamientos. Llegó a la conclusión que las ratas no engordaban no porque comían demasiado sino que comía en exceso porque estaban engordando.
Leyes de la adiposidad.
1- Nuestros cuerpos, cuando están sanos, trabajan diligentemente para mantener una cantidad óptima de grasa en nuestro tejido graso y que se utilice para asegurar un suministro constante de combustible a las células. Esto nos deja pensar que si alguien engorda es que algo está interfiriendo en el trabajo del organismo y que estorba el control de las grasas.
2- La obesidad puede ser causada por una anomalía de la regulación de la grasa. Si por cualquier razón una combinación de genética y de medio ambiente hace que nuestro sistema regulador no funcione como es debido y hace que nuestras células grasa almacenen un exceso de solo 1 % de las calorías que deberíamos utilizar como combustible estamos destinados a ser obesos.
3- Extrapolando los estudios de George Wade a los humanos podemos decir que lo que nos hace más gordo y más pesado también nos hará comer en exceso. Cualquier animal que aumenta su masa, por la razón que sea, tendrá más energía de la que consume. Así, si un defecto regulador nos hace ser más gordos, está hecho para hacer nos consumir más calorías (y así aumentar nuestro apetito) y / o gastamos menos de lo que sería el caso si esta regulación funcionaba a la perfección.
En el transcurso de un período de veinticuatro horas, la grasa de las células de grasa proporcionará una porción significativa del combustible que nuestras células queman para producir energía. Está es la razón por la cual los nutricionistas nos dicen que los carbohidratos son de alguna manera el combustible preferido para el cuerpo, es simplemente erróneo. Lo que pasa, es que las células quemarán carbohidratos antes que la grasa. Lo hacen porque así es como el cuerpo mantiene los niveles de azúcar en la sangre bajo control después de una comida. Y si estamos comiendo una dieta rica en carbohidratos, como la mayoría de la gente, nuestras células tienen una gran cantidad de hidratos de carbono que quemar antes de llegar a la grasa.
En el proceso de digestión de una comida normal compuesta de carbohidratos y grasas la grasa está enviada directamente a las células grasas para su almacenamiento para que nuestro cuerpo pueda ocuparse de la hidratos de carbono que piden una atención inmediata. Durante el proceso de digestión de los hidratos de carbono que han entrado en el torrente sanguíneo en forma de glucosa, es decir, azúcar (el azúcar en la sangre). Las células de todo el cuerpo utilizarán esta glucosa combustible para reponer nuestro almacén de combustible, pero no pueden mantenerse al día con esta marea creciente de azúcar en la sangre a menos que consigan ayuda para hacerlo.
Ahora es el momento en el cual la insulina entra en juego. La insulina desempaña muchos papeles en el cuerpo humano, pero su papel más importante es de mantener el azúcar en la sangre bajo control.