Además de estar demostrado que pasarse con el sol adelanta el envejecimiento cutáneo, ser inconscientes a la hora de exponernos a él puede aumentar los riesgos de padecer un cáncer de piel. Para revertir esta situación, la ciencia investiga continuamente. Una de las terapias más exitosas es el rejuvenecimiento fotodinámico.
Mejora la calidad de tu dermis
Cuando nos quemamos tomando el sol, aunque pueden aparecer ampollas y lesiones cutáneas, la piel se suele regenerar bastante bien. Sin embargo, nuestra dermis tiene 'memoria' y los daños ocasionados suelen terminar por aparecer con el paso de los años. Por ello, las terapias fotodinámicas son "especialmente recomendadas para personas de más de 40 años", comenta el doctor Manuel Fernández Lorente, Dermatólogo de la Clínica La Luz.Estas técnicas se basan en la administración de una crema fotosensibilizante que será completada con la aplicación de un láser específico. "Todo esto provoca una renovación de las células dañadas por el sol", asegura el especialista, protegiéndolas y alargando los ciclos de vida de las que ya están afectadas. Fernández Lorente destaca que el interés de estas terapias radica en que "no sólo mejoran la calidad de la piel y disminuyen las arrugas, sino que además reducen el riesgo de padecer un cáncer de piel".
Beneficios demostrados
Inicialmente, las terapias fotodinámicas fueron ideadas como un tratamiento cosmético para rejuvenecer la piel. Es por esto que entre los beneficios observados se puede resaltar una mejora en la pigmentación que es capaz de acabar con las manchas solares, una piel más suave y elástica, y una sensible reducción de las arrugas finas y de las venas dilatadas.A todas estas propiedades cosméticas, se le une la de poder eliminar las células afectadas por el sol, lo que supone un gran avance desde el punto de vista médico. Por todo esto, los especialistas recomiendan esta terapia especialmente tras el verano "ya que las radiaciones ultravioleta aumentan el estrés oxidativo sobre las células de la piel", detalla el dermatólogo. No obstante, además del sol, "también juegan un papel determinante en la salud de nuestra superficie cutánea el alcohol, el tabaco, la contaminación atmosférica y ciertas alteraciones hormonales o psicológicas.
Otro valor añadido de este tratamiento podría ser que es menos agresivo que otras técnicas y que, tras su aplicación, apenas se advierte un ligero enrojecimiento de la piel. Lo que sí se debe tener en cuenta es que la zona tratada no se puede exponer ni al sol ni a una luz intensa al menos en los tres días posteriores a la aplicación.
Consejos básicos para mimar tu piel
Cuidar adecuadamente de nuestra piel está en nuestra mano. Manuel Fernández Lorente detalla los factores exógenos a evitar: "el alcohol, el tabaco y, sobre todo, la exposición solar". Siguiendo este último dato, el dermatólogo advierte de la necesidad de "usar protectores solares con un factor mínimo número 15, no sólo durante el verano, sino incluso en invierno".Por otro lado, siempre es imprescindible mantener nuestra piel bien hidratada. Durante el invierno hay que aumentar la aplicación de soluciones faciales por la acción agresiva del aire frío y de las bajas temperaturas. Para el resto del cuerpo debemos usar frecuentemente "aceites, leches o cremas, y los cosméticos, tanto capilares como de maquillaje, deben ser hipoalergénicos", explica el doctor. Por último, no debemos olvidar hidratar nuestros labios, sobre todo en las estaciones más frías.
Para el lavado se aconseja "la utilización de agua templada, ya que si está caliente aumenta de modo alarmante la deshidratación cutánea, a la vez que dilata los capilares faciales y puede causar las antiestéticas venas rosadas ramificadas". El lavado y el secado deben ser suaves, sin frotar.
Teniendo todo esto en cuenta, podremos ser más cuidadosos con nuestra piel y ganar tanto en belleza como en salud.
Agradecimientos al doctor Manuel Fernández Lorente, dermatólogo de la Clínica La Luz y miembro del Grupo de Dermatología Pedro Jaén.