Al inicio del verano, visité la tienda online de Mimaos, en busca de una crema adelgazante. Entonces me pregunté: ¿las otras mujeres, se preocupaban tanto por su aspecto como yo, al comienzo del verano? Para salir de dudas me puse a investigar por la red. Para mi sorpresa: descubrí que la mayoría de las mujeres independientemente de su raza o nacionalidad. Sufrían de la misma preocupación por su aspecto al llegar el verano.No es que durante el invierno no tuvieran interés por cuidar su apariencia.
De hecho muchas de ellas acudían al gimnasio, o a correr para mantenerse en forma. Incluso se daban algunos retoques estéticos. Pero al parecer, el clima o la vida laboral con horarios estresantes. Hacen que no pensemos, tan a menudo en el aspecto que tenemos.
Sin embargo la obsesión por verse estupendas no es ni de lejos tan grande como durante la época estival. Sea porque disponemos de vacaciones o porque tenemos más tiempo de ocio. Lo cierto es que: cuando llega el verano muchas de nosotras de repente descubrimos en nuestro cuerpo: esas estrías, granos, patas de gayo. Que a pesar de llevar allí todo el año. Ahora parecen unas recién llegadas a nuestras vidas.
Otras comienzan a discutir con la báscula, que lleva de ocupa en sus baños desde hace tiempo. Pero que por designios del calor, parecen haber descubierto de repente al subirse a ella, y ver que ya no pesan lo mismo, que hace veinte años.
Así que, un día se encuentran revisando los gimnasios y las clínicas de cirugía más cercanas. Comienzan, pasearse por las tiendas de comida dietética, ecológica y a contar las calorías. Las cremas reductoras, anticelulicas y bronceadoras se convierten en el pan de cada día. Ponen la casa patas arriba, buscando la tarjeta de ese entrenador personal que alguien una vez, les dio por la calle. La elección de actividades como el zumba, yoga, Pilates o cualquiera cosa que les ponga en forma y les deje el cuerpo perfecto como el de una top model les vale.
Así que. Si hay un momento del año en el que la mayoría de las mujeres somos iguales sin importar el color, religión o estatus social. Es sin duda cuando llega el verano. Porque todas estamos dispuestas a: nadar, correr, bailar, saltar. Todo con tal de perder esos quilos de más acumulados durante el año.
Poco importa que el verano dure tres meses. Porque al final de ese viaje de sudor, dieta, y calculo de calorías. Esperamos estar tan estupendas que, al mirarnos en el espejo nos sintamos perfectas. Quepamos en ese vestido de noche, bikini o bañador. Que finalmente nos sienta como un guante. Que al tumbarnos en cualquier piscina, playa, detrás de nuestro libro, bajo el paraguas o en una maca. Todas las miradas sean para nosotras. Que las mujeres nos admiren y los hombres nos deseen. Porque aunque nos digan que el interior es lo que cuenta. En ese momento lo que queremos todas, es ser las reinas del verano. Cuando llegue el invierno ya pensaremos en otras formulas para sentirnos bellas.