Dermatitis, acné… El aceite de coco es un aliado para tu belleza. ¿Y el aceite de jojoba? muy similar a la grasa humana, hidrata la piel y el pelo de forma natural.
Hace unas semanas hablábamos del uso de los aceites en cosmética. Y alguna de vosotras me preguntábais por qué no hablaba del de coco, pero es que aceites hay muchos. Demasiados para un solo post, por eso si en aquella ocasión descubrimos las virtudes de algunos de ellos, hoy le toca el turno al coco y a la jojoba.
EL COCO PROTECTOR
Diferente a la mayoría de los aceites vegetales, el aceite de coco se solidifica por debajo de los 27 ºC y es especialmente beneficioso para el tratamiento de dermatitis o psoriasis.
El aceite de coco tiene un poder nutritivo elevado, de ahí que esté indicado en el tratamiento de pieles secas o maduras así como en el caso de cabellos dañados. Al estar constituido mayoritariamente por ácidos grasos saturados, no penetra tan rápido en la piel como otros aceites vegetales, por lo que ofrece un efecto aislante y protector. Pero, por ese mismo motivo, no se recomienda en caso de piel grasa o con acné, dado que puede llegar a obstruir los poros si se emplea puro, empeorando el problema.
Beneficios al pelo
Calienta una cucharada de aceite de coco y distribuye de medios a puntas. Peina el cabello en todas direcciones para que penetre bien y deja actuar durante 20 minutos. Después, lava el cabello como de costumbre. No es necesario que uses suavizante. Si el cabello está muy castigado, puedes repetir la operación durante dos o 3 semanas seguidas hasta su total recuperación. Después, basta con hacerlo cada mes para mantenerlo en perfectas condiciones.
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Evita la sequedad producida por el sol
Si vas a tomar el sol, ya sabes: aplica un buen protector solar adecuado a tu fototipo de piel antes de salir de casa. Media hora después, aplica unas gotas de aceite de coco (por su elevado poder nutritivo, una pequeña cantidad basta para cubrir toda la superficie de cara y cuerpo) para prevenir la sequedad producida por la exposición al sol.
La unión hace la fuerza.
El aceite de coco es un medio adecuado para realizar maceraciones, como se viene haciendo desde hace siglos en las islas Polinesias macerando flores de tiaré en aceite de coco para obtener el famoso monoï. También se puede fundir el aceite de coco junto con otra manteca vegetal, como pueden ser las de cacao o karité, mejorando las propiedades al actuar en sinergia.
LA JOJOBA ANTIOXIDANTE
La Jojoba es una planta autóctona de las regiones desérticas del sudoeste de Estados Unidos y del noroeste de Méjico. De sus semillas se extrae un aceite que cuando es puro tiene un color brillante, de oro. A diferencia de otros aceites no tiene triglicéridos por lo que es estable y no se oxida.
El aceite de jojoba es estructural y químicamente muy similar al sebo humano producido por las glándulas sebáceas de la piel. Contiene vitamina E que previenen el daño de los radicales libres y, por tanto, la oxidación de la piel. Además contiene ácido linoléico y hasta un 96% de ceramidas que le confieren un aspecto denso y untuoso.
Elasticidad para la piel
Hidrata en profundidad las pieles secas por su alto contenido de ceramidas, ayuda a la regeneración celular y aumenta la elasticidad de la piel. Resulta sumamente aconsejable durante el embarazo para evitar la aparición de estrías.
Por su contenido en vitamina E, protege a la piel de los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro. Junto al ácido linoléico y las ceramidas refuerzan la barrera hidrolipídica y regulan la secreción de sebo, tanto en las pieles grasas como en aquellas más secas.
También podemos usarlo como desmaquillante, actuando con suavidad en rostro y ojos.
Acondicionador capilar
Usado con regularidad, el aceite de jojoba aporta flexibilidad, hidratación, brillo y suavidad al cabello. Es un excelente acondicionador y capaz de regular la grasa, por lo que contribuye a evitar su caída.
Aceite de jojoba de Arkopharma (13,50 â?¬). Con Vitamina E y ácido linoléico, es ideal para todo tipo de pieles y cabello. Regula la barrera hidrolipídica y la secreción sebácea. Hidrata la piel en profundidad. Tiene efecto antienvejecimiento y reparador.
Se usa puro o diluido en el cosmético deseado (champú, limpiadora, hidratante), en el rostro, el cuerpo o el cabello.