Para ello, es imprescindible tener unas consideraciones básicas para hidratar y mejorar el aspecto de nuestra dermis. En este reportaje os damos algunos pasos a seguir.
Hidratación, lo más importante
Si hay un básico en el cuidado de la piel, ese es la hidratación. Muchas veces, por las prisas, solemos descuidarla, pero ahora que se acerca el buen tiempo es conveniente tomárnosla como nuestra máxima de belleza y respetarla minuciosamente a diario. Para hidratarnos correctamente, debemos tener en cuenta nuestro tipo de piel y escoger la crema que mejor nos convenga, diferenciando en que ésta deberá ser diferente para el rostro y para el cuerpo.También, si tu piel es muy seca, puedes echar mano de los aceites hidratantes, con los que se consiguen resultados muy buenos. Por otro lado, para aquellas pieles más castigadas, lo mejor es hacernos con un sérum hidratante especial y seguir el tratamiento para regenerarla y devolverle el brillo que se haya podido perder durante los meses más fríos del año.
Sin embargo, en la hidratación no todo son cosméticos. El tipo de nutrición que llevamos también influye, y mucho, en el aspecto de nuestra dermis. Por ello, no deben faltar los dos litros de agua recomendados y las raciones pertinentes de fruta y verduras.
Cuidado con los primeros rayos de sol
Aunque nuestro ansia de presumir de bronceado nos pueda, debemos aprender a controlarnos y tratar de ser prudentes con las primeras exposiciones al sol. Lo mejor es emplear una crema hidratante con factor solar para prevenir en nuestro día a día. Pero, evidentemente, la mayor protección la deberemos llevar a cabo en nuestra primera excursión a la playa o la piscina, y llevar siempre como fiel compañera una crema protectora con un factor solar que se adecue a nuestro fototipo.Asimismo, los expertos aconsejan que las primeras tomas de sol se hagan en mayo, cuando el sol no es tan virulento como en verano, y podemos ir cogiendo un poco de tono y preparando así nuestra piel. Si vives lejos de la playa, puedes aprovechar las mañanas de los fines de semana para tumbarte a leer en un parque, eso sí, siempre con una buena capa de loción protectora.
En cuanto al sol, la alimentación también tiene un papel muy importante, pudiendo aprovechar algunos nutrientes para que nuestra piel se broncee antes. En este sentido, los betacarotenos cumplen a la perfección con esta labor, protegiéndonos además del envejecimiento prematuro. Se encuentran principalmente en hortalizas como la zanahoria y la calabaza, en verduras de hoja verde como la lechuga, las espinacas y las verduras y en frutas muy coloridas como el mango o el albaricoque.
Deja ver tus piernas
Poco a poco, las medias irán relegándose al fondo del armario y dejarán paso a las faldas y vestidos más atrevidos y a esas bonitas sandalias que tanto nos gusta calzar. Pero, ?en qué estado están nuestras piernas y pies? Además de la depilación, que es un paso obvio, debemos cuidar el aspecto de nuestras rodillas y talones, incidiendo ahí con la exfoliación y la hidratación diaria.Debemos tener en cuenta que nuestros pies llevan meses encerrados en botas y calzados cerrados típicos de la época invernal, por lo que, si no lo hemos hecho ya, tenemos que corregir las posibles durezas. Hay centros especializados en el cuidado de los pies, pero si lo prefieres, también puedes cuidarte desde casa limpiándolos con un lavado específico aparte del que realizas en tu ducha diaria. Tampoco es mala idea pasarnos por un centro de estética para conseguir una bonita pedicura y presumir así de pies perfectos.
Ahora más que nunca es el momento de mimarnos un poco más para que, llegado el momento, podamos pasearnos con nuestros mejores ‘modelitos’ veraniegos sin ningún tipo de complejo.