Para empezar, y teniendo en cuenta mis peculiaridades alimenticias (no soy celíaca, pero sí intolerante a ciertos tipos de alimentos, como el trigo, que contienen “FODMAP“, un lío importante), dejé de comer todo lo que llevara harina de trigo, y la he cambiado por la de arroz y la de maíz, que, asumámoslo, no está tan rica, al menos en los alimentos ya elaborados, las recetas caseras están de vicio). Pero haciendo esto y tomando raciones más pequeñas, de momento mi peso se ha visto reducido en casi 7kg, he pasado de 73kg ha 66,6kg (el número de la bestiaa!!).
Pero el peso no es lo único importante, siempre hay que relacionarlo con la altura, y yo soy pequeñita, así que para mí esos 66kg siguen siendo excesivos. Y para saber cuál debería ser mi peso aproximado, he calculado también el Índice de masa corporal. El saludable para una persona de mi edad está entre 19 y 24 aproximadamente. Así que he decidido que entre 20 y 23 es adecuado, lo que, traducido a peso equivale a entre 51kg y 58kg (Con quedarme en 55kg estoy contenta). Aún me queda trabajo por hacer, pero en estos meses he pasado de más de 29 a 26,34kg.
Pero lo más importante, para que lo demás funcione, es mantenerse activa. Así que intento salir a caminar un ratito todos los días, aunque sea media hora. No sé por qué, sólo se me han contabilizado desde octubre, pero bueno. Salvo el bajón en enero, estoy contenta con mi actividad, a la que hay que sumarle un poquito de gimnasio, una hora 2 veces por semana es lo que trato de ir como mínimo.
Cambiar de hábitos no es sencillo, hay que ponerle ganas, pero merece la pena. La ropa que tenía en el armario ya me queda mejor, me puedo ir de compras y no me veo mal con todo, y aunque sé que me queda mucho trabajo por delante, es posible conseguir nuestras metas. Ver gráficamente los avances resulta bastante más grato que ir anotándolo en un cuaderno, y motiva, así que si podéis, descargaros una aplicación o utilizar Salud de iPhone para ello.
Imagen principal: CherryPoint + filtro
Irina Jiménez on Google+