Afortunadamente, en la mayoría de los sitios se han superado muchos prejuicios y las mujeres podemos ir como queramos, pero estos son mis consejos para acudir a tu puesto de trabajo.
Piel:
Para nuestra piel debemos buscar un aspecto natural, uniforme y discreto pero sin imperfecciones. Esto lo conseguiremos de la siguiente manera: conseguiremos una base de maquillaje que se adapte a nuestro tipo de piel (seca, mixta, grasa) y necesidades (mayor o menor cobertura, para piel sensible…), e importante, que sea del mismo tono de nuestra piel, ni más clara, ni más oscura.
¿Recomendaciones? Si tu piel es seca o mixta y no especialmente sensible, una BB Cream puede ser tu mejor aliada, si por el contrario es grasa, una base mate de larga duración que no obstruya los poros te ayudará.
Para elegir el color, una vez hayas escogido el tipo de base en tu perfumería, pruébatela y sal a la calle con ella, deja que pasen unas horas y ve mirándote en el espejo, tanto con luz natural como artificial. De esta manera comprobarás si realmente se adapta a tu tono, si se oxida con el paso de las horas, te resulta cómoda o no, etc.
Y sea cual sea la opción escogida, es muy recomendable llevar en el bolso polvos sueltos o toallitas matificantes, así, si pasamos mucho tiempo fuera de casa, sudamos o nuestra piel es excesivamente grasa y la base no nos aguanta bien, podremos dar un retoque rápido.
Pómulos:
Aquí podemos jugar con la naturalidad y el vernos favorecidas al mismo tiempo. Lo mejor es coger un tono rosado o amelocotonado que sea luminoso, para darnos un rubor natural y aspecto de buena cara, pero hay muchas opciones, lo importante es que sean colores cálidos y que no nos pasemos con la cantidad.
Truco: cuando cojas el colorete con tu brocha, dale unos golpecitos a la virola para que el polvo restante se caiga y aplícalo de las mejillas a la sien si quieres afinar tu rostro, de las mejillas a la parte superior de las orejas si quieres endurecerlo o acortarlo visualmente, o solo en las mejillas muy bien difuminado si no quieres hacer ningún contorno especial.
Labios:
Aquí podemos tener cierta libertad, sin embargo los tonos clásicos suelen resultar una buena opción (cerezas, nude, anaranjados…) que no sean excesivamente pigmentados o vibrantes. Y para tenerlos bien cuidados, busca que sean hidratantes o utiliza primero un bálsamo.
Consejo: Si aplicas un tono más claro (un pellizco de sombra clara o iluminador) en el centro de los labios, parecerán más jugosos y con volumen.
Ojos:
Aquí depende un poco de tu maña, puedes optar por un maquillaje de ojos más o menos trabajado, pero lo que te recomendamos son los ahumados con sombra en tonos neutros (marrones, verdes, grises), delineados sencillos con lápiz o eyeliner discretos. Los colores más intensos recomendamos utilizarlos en zonas estratégicas como el delineado o la waterline. Eso sí, ¡no te olvides de la máscara!