Finalmente me he decidido a publicar este post sobre mi rutina de entrenamiento después de que muchas chicas hagan mostrado interés en ella a raíz de los microvídeos que he estado subiendo a mis redes sociales. En este post voy a empezar por contarte un poco la historia de mi relación con el deporte, qué otras rutinas he probado y, finalmente en qué consiste PiYo y por qué me encanta.
Mi relación con el deporte
Siempre he hecho deporte. Desde pequeñita he hecho dos cosas: jugar al baloncesto y bailar. De niña jugaba al baloncesto en el colegio; cuando estaba en el último curso, empecé a jugar en un club y pasé de entrenar dos veces a la semana, a hacer cuatro entrenamientos de hora y media por semana además del partido. Los últimos años como jugadora, también era entrenadora, y había días que también entrenaba con mis jugadoras. Así que había días en los que entrenaba tres horas y media.
Cuando terminé la carrera y empecé a trabajar decidí dejar el baloncesto y quedarme solo con el baile, pero después de algunos años, y visto que me era incompatible compaginar trabajo y ensayos, también tuve que dejarlo. Ahí fue cuando me convertí en una ratita de gimnasio.
En el gimnasio hacía un poco de todo: algo de tonificación y mucho cardio, básicamente me gustaban todas las clases que tuvieran que ver con el baile.
Con el alto nivel de actividad física que tenía cuando llegué al gimnasio, las clases de 45-50 minutos se me hacían cortas. Apenas me daba para sudar la camiseta, así que, como no era madre, iba cada día al gimnasio y hacía dos o tres clases cada día.
Cuando Àfrica nació, como me hicieron una cesárea, tuve que esperar para volver a hacer ejercicio y, cuando fue el momento y quise volver al gimnasio, tenía que esperar a que mi marido volviese de trabajar para que se quedase con la bebé. Aún así, tenía la posibilidad de ir al gimnasio.
Después de que Enoâ naciera, hubo otro parón y tuvimos que volver a reajustarnos para poder seguir yendo al gimnasio.
Llevaba ya como dos años de ir al gimnasio, frecuentemente. Para ir al gimnasio tenía que esperar a que mi marido saliera de trabajar y se quedase con las niñas. El problema era que el día que él salía tarde de trabajar, yo me perdía las clases que me gustaban, y ya no podíais al gimnasio.
Lo malo es que después del verano los gimnasios suelen cambiar sus horarios y sus clases, y me encontré con que las clases de cardio y de tonificación a las que asistía las habían adelantado, de manera que no había manera de que pudiese asistir.
Después de algunos meses, decidí dejar de ser socia capitalista del gimnasio y me di de baja del gimnasio. Empecé a salir a caminar.
Caminar me gustaba, pero llegó el invierno. Y a pesar de que hablé con mi cuñada -ella sale a correr habitualmente- y le pregunté qué equipamiento necesitaba para salir a caminar en invierno, sabía que, a la míinima de que bajase mucho la temperatura y lloviese, tendría la excusa perfecta para dejar de salir de caminar. Así que empecé a plantearme la posibilidad de hacer ejercicio en casa. Wii Fi fue mi solución.
Empecé a entrenar con Wii Fit, encontré la posibilda de hacer mis ejercicios prácticamente todos los días, y estaba encantada, porque me sentía bien… y entonces se estropeó la tele.
Con la tele estropeada, empecé a buscar rutinas en Youtube a través del iPad y llegué a los videos de Tae Bo, de Billy Blanks. Las estuve haciendo durante un tiempo, pero, sinceramente, casi todos los vídeos que vi me parecían iguales y creía que siempre estaba entrenando los mismos músculos, así que seguí buscando, y di con los vídeos I want those… de Tamilee Webb, también estuve un tiempo con esa rutina… pero seguía sin convencerme.
Así que seguí en la búsqueda del entrenamiento perfecto para mí. Y di con Focus T-25 de Shaun T. Me pareció ideal porque eran entrenamientos de 25 minutos al día, ¿y quién no tiene 25 minutos al día para entrenarse?
Después de 9 semanas de entreanamiento y de estar encantada con Shaun T, a.k.a Use Your Core, algunos problemas de salud algo graves en mi familia me desconcentraron. Me quedé sin el tiempo para ejercitarme y, sobre todo, sin las ganas, por tener que visitar frecuentemente el hospital. Así que me vi haciendo un parón de unos tres meses.
Aunque los problemas de salud en mi familia se resolvieron, no me veía con fuerzas para empezar de nuevo con Focus T25; no tenía el estado de fortaleza mental que se necesita para llevar a cabo ese entrenamiento, así que me puse a buscar una rutina que fuese adecuada para mí. Y de repente vi, en Youtube, el vídeo oficial de la presentación de Piyo. Y me llamó tanto la atención que me dije que tenía que probarla.
Mi entrenamiento PiYo
PiYo es un programa de entrenamiento diseñado por Chalene Johnson, que combina el Pilates con el Yoga y la tonificación, así que se trabaja el cardio, la fuerza, los estiramientos y el equilibrio. Tiene una duración de 8 semanas. Se entrena todos los días de la semana, excepto los viernes, que es el día de descanso semanal.
Lo mejor del entrenamiento es que, igual que T25, el programa de entrenamiento trae un calendario que te indica qué tienes que hacer cada día, así que solo tengo que mirar mi tabla, ver en qué semana del entrenamiento estoy y, según el día de la semana que sea, ése es el ejercicio que hago.
El entrenamiento de piyo incluye las siguientes sesiones:
Upper Body
Lower Body
Buns
Sweat
Drench
Sculpt
Core
Hardcore on the floor
El entrenamiento más corto dura 18 minutos y medio aproximadamente y el más largo se acerca a los 50 minutos; los demás están dentro de esa franja de duración.
Qué es lo que más me gusta de PiYo
Lo que me encanta de PiYo es que se trata de un ejercicio en el que no se necesitan muchos accesorios: una colchoneta de yoga para no resbalar y, como mucho una silla para algunos ejercicios.
Otra cosa que también me gusta es que no son ejercicios de alto impacto. Hay muy pocos saltos y, por lo tanto, el daño para la espalda y para la rodilla no es tan acusado como en otras rutinas.
También lo que es muy interesante es que muchos de los ejercicios tienen una versión modificada por si no puedes hacer la versión completa por motivos de salud o porque estás empezando con el ejercicio y no tienes todavía la condición física necesaria para hacerlo.
Cómo he cambiado desde que hago PiYo
Llevar una rutina de ejercicio constante me hace sentir mucho mejor. Ya estaba teniendo esa sensación desde que me había aficionado a T-25, y me reafirmo en esa sensación de bienestar.
Me estoy sintiendo mucho más ágil, cada vez más ágil, en verdad. Mucho menos pesada y más ligera. Ejercitarme me da esa sensación.
Otro factor importante: estoy recuperando flexibilidad y equilibrio. Y esto para mí resulta importante porque todas las rutinas que había llevado hasta ahora, se centraban mucho en la tonificación y en el cardio, pero no se trabajaba la flexibilidad y los estiramientos se trabajaban de una forma muy superficial.
Con Piyo todo el tiempo estoy estirando la musculatura, y eso es importante llegada una edad, para no sentirse oxidada. También se trabaja el equilibrio en muchos de los ejercicios y también he notado cómo mejoro en ese aspecto.
A raíz de todo esto, también estoy mejorando y corriengiendo mi postura. Lo noto, voy con la espalda más recta y, cuando me siento, también lo hago de otra manera, mucho menos encorvada.
Qué te recomiendo
A continuación, quiero darte algunos consejos para que puedas iniciar y, sobre todo, mantener, tu rutina de ejercicios, sea con PiYo o con cualquier otro tipo de ejercicio.
Quiero recordarte que no soy entrenadora ni experta en fitness; lo que quiero es compartir contigo lo que a mí me funciona para perseverar y no romper mi rutina de ejercicio.
1. Compromiso.
Comprométete. No importa que te digan que tienes que hacer ejercicio. Si tú no eres consciente de que tienes que hacerlo y si no tomas tú la decisión de empezar, no hay nada que hacer.
2. Piensa en el después.
Como dice Chalene Johnson, no pienses en el entrenamiento. Piensa en lo bien que te sientes después. Y la verdad es que a mí me hace sentir genial. Es una técnica para automotivarme porque, seamos honestas: hay días en los que cuando el despertador suena a las seis de la mañana, activaría a la Reina del Drama que habita en mí, y hasta lloraría de pura pereza que me da hacer ejercicio. En ese momento conecto con lo mucho que ha mejorado mi cuerpo desde que me estoy entrenando, y en la energía que me da hacer ejercicio, y eso me estimula para salir de la cama y hacer lo que tengo que hacer.
3. Encuentra tu momento.
Tienes que aprender a determinar cuál es tu momento ideal del día para entrenarte, y tiene que cumplir algunas condiciones:
Tiene que ser un momento en el que sepas que nada va a interrumpir tu entrenamiento.
Tienes que tener en cuenta si el ejercicio te activa o te relaja para saber en qué momento del día ejercitarte.
Yo sé que el momento del día en el que no tengo interrupciones es la mañana, antes de irme a trabajar. Y también me pasa que el ejercicio me activa, así que no puedo hacer ejercicio más allá del mediodía, porque entonces me acuerdo muy tarde y como recordarás, en la afrotertulia sobre vida saludable ya dijimos Jazmín y yo que somos de dormir poco. Así que, si hago ejercicio por la mañana, llego a la noche con la batería baja, y me aseguro de que duermo más. Ahora, hace meses, que estoy durmiendo siempre un mínimo de siete horas por noche, y a veces incluso más.
4. Comparte
Comparte en redes sociales. Sube algún videíto tuyo haciendo ejercicio, o alguna foto. Usa hashtags relacionados con el fitness (en instagram hay un montón), y te sorprenderás.
Las personas que practican fitness usan mucho los hashtags para encontrar cuentas de gente que también se entrena. A mí compartir mis microvídeos, sobre todo en Instagram, me supone una fuente de ánimo y aliento muy chula. Siempre hay personas a las que le gusta lo que ve, y algunos incluso te dejan comentarios para que sigas adelante.
Yo creo que esto sucede porque quien se entrena sabe lo duro que puede resultar a veces, y por eso animan a los demás para que no se rindan. Eso es muy bonito.
5. Menos excusas y más motivos
Esto enlaza con lo que te he dicho en el punto número 2. Se trata de que busques hechos motivadores para animarte a entrenar, en vez de excusas para no hacerlo. Al principio ganarán las excusas, seguro; con el paso del tiempo, triunfarán los motivos. Te lo aseguro.
Yo me he acostumbrado a no pensar en las excusas a la hora de empezar con mi entrenamiento PiYo (qué temprano es… qué frío debe de hacer fuera de la cama…) y ahora pienso en todos los beneficios que me aporta hacer mi rutina con PiYo, lo bien que me siento, la energía que me da, los cambios que está experimentando mi cuerpo, además de por el uso de los body wraps. Todo eso me ayuda a enfocarme en positivo para no saltarme ningún entrenamiento, salvo que esté enferma o que no esté en casa.
6. Cuidado con las molestias
En el momento en el que notes algún dolor, para. No sigas si notas una molestia poco habitual y acude a tu médico o a tu fisioterapeuta de confianza, o a algún experto en fitness. Explícale qué te ha pasado, y que te asesore; pero no se te ocurra forzar la máquina y seguir adelante, porque te puedes lesionar.
Cuando yo tengo alguna molestia, visito a Paloma, mi fisioterapeuta de confianza, y le explico lo que me pasa. Si se trata de un dolor muscular, por lo general ella lo resuelve; si es algo más grave y ella considera que tiene que visitarme un médico, eso es lo que hago. Así que si hay algún buen motivo por el que debas parar tu entrenamiento, las lesiones entran en este punto.
Inconvenientes de PiYo
El único inconveniente que tiene PiYo es que los entrenamientos son en inglés. Todavía no se ha doblado al español. Eso es un problema si no hablas inglés, porque durante cada una de las sesiones, Chalene Johnson explica cómo se hace cada uno de los ejercicio, y qué ejercicio hay que hacer a continuación. Vamos, es lo mismo que si te metes en una clase en un gimnasio: necesitas entender lo que está diciendo el monitor. Pues aquí igual.
Si no sabes inglés, o tienes un nivel de inglés que no te permite seguir las clases, te recomiendo que busques otra rutina que puedas comprender. Es básico que entiendas qué se dice en los entrenamientos para hacer los ejercicios correctamente y sin riesgo de lesionarte, que eso también es importante.
Y hasta aquí mi revisión sobre mi entrenamiento PiYo y mi post sobre mis rutinas de ejercicio.
¿Conocías el entrenamiento PiYo? ¿Te animarías a probar?
Espero tus comentarios y también espero que compartas este post en tus redes sociales.
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