No os asustéis y es que sigo mi plan de "adelgazamiento", pero tenía escrita la entrada desde hace unos días y tocaba, tocaba una receta de: macarrones con queso, así de simple si... pero con su truquillo.
Seguramente muchas de vosotras ya conoceréis esta manera de cocer la pasta pero yo hasta hace bien poco no, o más que no conocerla ni se me pasaba por la cabeza hacerla así. Pero hace unos días viendo un vídeo de David de Jorge vi una de sus recetas de macarrones con queso y me animé a prepararla tal y como nos sugería añadiéndole, como no, mi toque personal. ¿El resultado? una pasta al dente pero a la vez muy cremosa.
No os impaciento más, si queréis saber como los hice, seguid leyendo chicas/os:
Ingredientes
300gr de macarrones
1l de leche
1 cucharada de harina de trigo
100ml de nata
100gr de Queso al gusto, y el de vuestro gusto (yo he utilizado una mezcla de 4 quesos ya preparada)
Mantequilla o aceite
Pimienta negra molida
Nuez moscada
Sal
Preparación:
Ponemos a hervir los macarrones en la leche durante solo 3 min. Una vez pasado el tiempo escurrimos los macarrones y los colocamos en una bandeja de horno.
Es una sartén procedemos a preparar el "roux" para hacer la bechamel. Ya sabéis: una cucharada colmada de harina rehogada en mantequilla o aceite para que luego no nos sepa a harina cruda.
Vertemos poco a poco la leche en la que hemos hervido los macarrones hasta formar una bechamel ligera.
Agregamos las especias, sazonamos al gusto y añadimos la mitad del queso ahora para que se funda en la propia salsa.
Cubrimos por completo los macarrones con la bechamel, espolvoreamos el resto del queso rayado por encima y horneamos a media altura y a una potencia de 180ª durante unos 20 min.
Y se hizo la magia. Tendremos una pasta cremosa pero no pasada y perfectamente gratinada, ¿os gusta la idea de cocer los macarrones en leche y al horno?
A nosotros ya os adelantamos que nos encantó. Estaban de auténtico vicio, y si no fuera porque nos estamos cuidado más a fondo con la alimentación repetiríamos todas las semanas. De todas maneras ya sabéis que, aunque no sea precisamente una receta baja en calorías, de vez en cuando no nos hace daño un plato así, y necesitamos permitirnos algún pequeño capricho como éste, sin abusar de ellos.
Nos despedimos, volvemos muy muy pronto, y no podemos estarnos de desearos: