Al pensar en nuestra piel debemos pensar en absolutamente todo: ¿cuáles son nuestros hábitos? ¿Qué comemos? ¿Cómo tratamos nuestro cutis? ¿Qué tanto pensamos en el clima y sus componentes a la hora de cuidar la piel? ¿Nos aseamos correctamente?…
Existen cientos y cientos de problemas relacionados con la estética de la piel que afectan a millones de personas en el mundo.
A la hora de limpiarla y mantenerla a salvo de ciertas complicaciones, pareciera que estamos siempre obligadas a equiparnos de medicinas y cremas extremadamente costosas.
Claro está que a veces ciertos cosméticos son necesarios dependiendo las aflicciones que nuestra piel sufra, pero no siempre ofrecen los resultados esperados.
Es muy importante tener en cuenta algo que a veces se nos puede escapar: las estaciones del año. En invierno la piel necesita ciertos cuidados que durante otras épocas tal vez no sean tan urgentes; la humedad, los fuertes vientos y el frío seco pueden dañar seriamente nuestra piel.
En primer lugar, es imperativa una hidratación constante, sobre todo al cambiar de forma repentina de un clima fresco a uno cálido (al entrar en una casa al llegar de la calle, por ejemplo) y beber líquido con regularidad. Estas sencillas medidas son muy efectivas para evitar el enrojecimiento y sequedad del rostro.
Al mismo tiempo, recomendamos siempre bañarse con agua no demasiado caliente, ya que esta también produce sequedad y evita la apropiada hidratación de la piel.
Hidrátala siempre al máximo después del baño y también momentos antes de dormir. Atención: que la época del año no te confunda, siempre debemos proteger nuestro cutis de la luz solar, ya que es igual de peligrosa los 365 días del año.
Sé responsable con tu alimentación. La piel se nutre (o se arruina) a partir de todo lo que comemos y esto la afecta de manera directa.
Las frutas y verduras son las comidas más sanas para el cutis, más que nada, aquellas provistos por antioxidantes como los arándanos, las fresas, el tomate, los frutos secos, la zanahoria, la espinaca y muchas otras.
Hay una gran variedad a la hora de elegir y debemos tomar esto a nuestro favor. Es muy recomendado también consumir todo alimento que posea vitaminas C y E o coenzima Q10. ¡Nutrirse bien es igual a envejecer lo menos posible!
La limpieza facial no es suficiente porque, si se combina con malos hábitos tales como los cigarrillos, solo obtendremos un cutis reseco y envejecido.
El tabaco no solo es un agente destructor de nuestros órganos internos, sobre todo de los pulmones, sino que es igual de maligno con nuestra piel.
Sumar los rayos del sol al tabaquismo implica un rostro notoriamente más arrugado y seco. ¿Qué tal si mejoramos nuestra calidad de vida, al mismo tiempo que nuestra estética facial, en un cien por cien abandonando los cigarrillos
Revisemos ahora un problema muy común que puede sufrir la piel, sobre todo la del rostro: los granitos. Los antiestéticos granos son definitivamente un dolor de cabeza. Aparecen cuando los poros se encuentran cubiertos de grasa.
Si deben aparecer lo harán sin importar cuánto te higienices (aunque no lo creas, un lavado excesivo y compulsivo de la cara es malo). Aun así hay ciertos pasos que trabajan en conjunto para prevenir la aparición de granitos:
No revientes tus granitos. De hacerlo puedes provocar daños como cicatrices perpetuas e inflamaciones debido a los restos infectados que quedan en tu piel.
Lávate la cara con agua tibia y jabón, preferentemente exfoliantes, al levantarte y justo antes de irte a dormir. Puedes frotar tu rostro pero con mucha suavidad y luego aplicar alguna loción para la piel, preferentemente hidratante. Sí, en cuanto al cuidado de la piel en cualquier sentido referiremos a la hidratación. A la hora de aplicar alguna crema o loción por el rostro recuerda lavarte antes las manos.
Evita el contacto duradero con el sol. Un bronceado para disimular los granitos no es la solución y puede ser extremadamente dañino.
Quítate el maquillaje antes de dormir y siempre ve a la cama con el cabello limpio y sin ningún tipo de accesorio: todo lo que utilizamos en el pelo o el rostro durante el día (gafas, bandas elásticas, turbantes, etcétera) carga más grasa de lo que parece y puede contaminar la piel de tu cara. Una de las consecuencias puede ser, naturalmente, más granitos.
Visita a tu especialista estético o médico ante cualquier incomodidad o problema que se presente: los dermatólogos son los mejores amigos de la piel.
Desde ¡Siéntete guapa! pretendemos traerte todos los cuidados, prevenciones, recomendaciones y consejos que necesites para que pienses con amor en la belleza y salud de tu cuerpo y puedas presumir de una piel libre de granitos. ¡Ama tu piel y ámate!