Sus principales activos son el Q10 y la creatina, además del ácido hialurónico, conocido por sus principios para permitir la absorción de agua por parte de las células.
El resultado de la combinación de estos tres principios da como resultado una piel muy suave y permite la reducción significativa de arrugas y líneas de expresión.
Pero lo que más me ha gustado sobre todo es su textura. Al ser gel, se extiende cómodamente sobre la piel, sin aportar sensación pesada ni grasa. Con muy poca cantidad tienes para todo el rostro. Al momento se nota un efecto buena cara y la piel se ve más luminosa.
Obviamente, no desaparecen las arrugas visibles, como reza su publicidad, pero su uso continuado consigue mejorar la textura de la piel.
Esta textura además es idónea para pieles mixtas y grasas. Si queréis una mayor eficacia podéis complementar el tratamiento con la crema de día Nivea Q10, también especialmente pensada para pieles mixtas y grasas. No tiene parabenos y puede ser utilizado por pieles sensibles.
El tercer factor interesante es el precio, ya que no llega a 12 euros, dependiendo de la tienda donde se compre, lo cual lo convierte en uno de los sérum más asequibles del mercado.
Lo que no sé si es usaré un tercer bote, porque también quiero probar el Sérum Cellular Age de la misma marca.
Bueno, y como este es el último post del año, aprovecho para daros las gracias a todos/as los que me seguís. Sois estupendos y os deseo lo mejor en este 2015. ¡Un beso muy fuerte!