Los cambios en la piel empiezan a ser más notorios a partir de los 40 años, y con el paso del tiempo se van haciendo más visibles. La disminución hormonal afecta las células de la piel y, por consiguiente, la producción de colágeno y elastina. Aunque no podemos ir en contra de este proceso biológico, sí podemos cuidar nuestra piel para evitar un envejecimiento prematuro.
Por ello, hemos elaborado una lista de consejos útiles que mantendrán nuestra piel hidratada y protegida contra los efectos del ambiente que dañan nuestra dermis.
Alimentación sana. “Somos lo que comemos”, reza una frase popular. Nuestra piel, al igual que el resto de órganos de nuestro cuerpo, requiere de una adecuada nutrición para gozar de buena salud. Vitaminas, minerales y nutrientes influyen en su restauración, por lo que nuestra dieta debe estar basada en alimentos como frutas, verduras, legumbres, frutos secos, ácidos grasos omega 3, entre otros.
Dormir bien. Descansar lo suficiente es vital para mantener una piel saludable. Cuando dormimos, el organismo segrega sustancias que favorecen la regeneración celular que necesitamos para mantener la piel joven. Debemos descansar al menos 8 horas diarias, de lo contrario sufriremos la aparición de ojeras y bolsas, entre otros signos de envejecimiento.
Beber agua. Tomar agua ayuda a eliminar las toxinas y a mantener el cutis sano. El agua funciona como humectante, por lo cual debemos seguir las recomendaciones de los expertos y beber al menos dos litros de agua al día, sobre todo en climas cálidos, para compensar el líquido que perdemos por la sudoración.
Cuidados estéticos. Los tratamientos de belleza son un plus para cuidar la piel. Los productos de uso externo nutren la piel y estimulan la reparación celular. Por ejemplo, las cremas con q10 neutralizan los radicales libres, los cuales aceleran el envejecimiento. También hay productos que eliminan las células muertas y tonifican la piel.
Proteger la piel del sol. El sol tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental: activa la circulación, refuerza nuestro sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo, combate la depresión, entre otros. Sin embargo, los rayos UV del sol son la principal causa del envejecimiento prematuro. Además, daña las fibras del colágeno y causa una producción excesiva de fibras de elastina anormales. Por todo ello, es imprescindible proteger la piel con productos como bloqueadores, así como usar sombreros, gorras, gafas de sol y proteger las zonas más sensibles.
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