Actualmente, especialmente en la zona Occidental, la piel bronceada es muy agradable a la vista, sin embargo es importante tener en cuenta que una exposición prolongada al Sol puede acarrear consecuencias graves para la salud de la piel y perjudicarla, como por ejemplo quemar la piel.
El cambio del tono de piel tiene toda una historia detrás, de hecho antiguamente las personas hasta utilizaban productos que eran tóxicos (aunque claro para la época no lo sabían ya que se descubrió mucho después) para emblanquecer la piel.
En tiempos remotos, tener una piel blanca era señal de que tenías buen estatus. Esto fue específicamente en la épica de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, por esta razón los griegos y los romanos hacían uso de maquillaje para lucir más blancos, hasta el punto de que hacían uso de tiza y yeso para maquillarse; y esta costumbre perduró durante algunos siglos.
Posteriormente, a mediados del siglo 17, tener palidez en la piel y además lucir enfermizo y con fragilidad estaba bien. Por esta razón se hizo bastante popular beber vinagre y limón porque así aclaraban la piel. También utilizaban guantes, sombreros y sombrillas para que el Sol no les oscureciera la piel.
Luego en la década de los 20s, la gran reconocida diseñadora Coco Channel después de tomarse unas vacaciones en la Riviera Francesa, retorna a su casa con la piel bronceada, y desde ahí empezó a popularizarse y a ponerse de moda el bronceado hasta en las clases altas; y hasta el día de hoy el bronceado sigue siendo implementado por las personas.
El broncear tu piel le da firmeza
Muchas personas consideran la afirmación que al broncear tu piel luce con más firmeza, sin embargo esto es nada más y nada menos que pura óptica, ya que realmente el bronceado no hace a la piel firme, por lo que solamente es un efecto visual. La razón de esto es que cuando las personas se broncean, logran tener la piel uniformemente de un solo tono y de esta manera es posible disimular los defectos que se puedan tener en la piel.
Por consiguiente al broncear tu piel lograrás lucir una piel con un aspecto como si se hubiese estilizado y tonificado. Aunque claro, estos resultados tan positivos solo son posibles cuando la persona se broncea consciente y saludablemente, y además cuando la piel es joven.
Pero así como el broncear tu piel es excelente para oscurecerla y lucir más estilizado, también hay que tener mucho cuidado al broncearse ya que estar expuesto excesivamente al Sol puede ocasionarte consecuencias negativas en la piel, tales como mancharla, deshidratarla y hacer que luzca flácida porque se ha degradado el colágeno.
Por este motivo es que es fundamental que a la hora de broncearte seas paciente y le aportes a tu piel la protección adecuada, así los resultados que conseguirás serán lentos pero seguros. Cuando la piel al ser bronceada al mismo tiempo es protegida, se logra que ni el colágeno ni las fibras elásticas se deterioren.
El protector solar nunca debe faltar al broncear tu piel
Hacer uso de protector solar cuando vayas a broncear tu piel es algo esencial, aunque claro puede que se te pase por la mente que si lo utilizas el tiempo en el que tu piel se va a oscurecer será mayor, y esto es cierto, te irás bronceando de forma más lenta y por lo tanto el bronceado que conseguirías en poco tiempo sin protector solar lo conseguirás luego de algunas horas al protegerte la piel de los rayos del Sol.
Aun así, sí o sí debe implementarse el uso de protector solar en el bronceado, ya que el cuidado de la piel es algo fundamental, además el bronceado que conseguirás es de mejor calidad, principalmente porque en la etapa inicial tu piel no se pondrá roja, y tono de piel que consigas será mucho más agradable y durará más.
Asimismo, el SPF va a depender completamente del tipo de piel que utilices, aunque también dependerá del tiempo que vayas a estar bajo el Sol. Es crucial que tengas en cuanto que mientras más elevado sea el SPF, mayor tiempo podrás exponerte al Sol sin que éste cause daños en ti.
Además, muchas personas creen que por tener piel oscura no necesitan hacer uso del protector solar, sin embargo están equivocadas, ya que estas pieles igual pueden sufrir daños por los rayos solares, por consiguiente también necesitan hacer uso de protectores solares con un SPF alto.
Tips para lograr el bronceado perfecto
Acondiciona tu piel
Días antes, si es posible hasta semanas, es importante que vayas hidratando tu piel; y esto no se trata de que únicamente te apliques cremas hidratantes en la misma, sino que también la hidrates de otras maneras, por ejemplo tomando bastante agua. También se recomienda que le aportes betacaroteno, y este puedes obtenerlo con el consumo de zanahoria.
Utiliza un buen bronceador
Cada bronceador es distinto, y por ende no será igual de efectivo en todos los tipos de piel. Cuando vayas a utilizar un bronceador, deberás percatarte si es en crema, spray aceite; de hecho cada modalidad de bronceador ha sido diseñado para distintos tipos de piel, así que deberás probar hasta conseguir el que más se adapte a ti.
Siempre haz uso de protector solar
Nunca debes olvidar la aplicación del protector solar, esto es algo básico cuando te vayas a broncear. Lo ideal es que tengan un protector solar que tenga un índice aproximado de 50 SPF para así asegurar que tu piel estará protegida de los rayos solares.
Lo primero que hay que hacer
Cuando llega el momento de broncearte, te debes preparar, y para esto lo primero que tienes que aplicarte es el protector solar, luego es el turno del bronceador. Aunque se recomienda que los primeros días solamente utilices protector solar porque así se obtiene un mejor bronceado.
Un retoque cada 3 horas
Tanto el protector solar como el bronceador, tienes que aplicártelos cada 3 debido a que estos por distintos factores, tales como la transpiración, el mar, etc. hacen que el efecto de estos pierda su eficacia.
Consume líquido
Tomar agua al broncearte es de gran importancia, sobre todo porque puedes conservar a tu cuerpo hidratado y eso es algo de mucha ayuda para una correcta recepción de los rayos del Sol.
No te expongas al mediodía
Una regla del bronceado es que nunca te expongas al Sol entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde, ya que son las horas en las que el Sol está más fuerte. En cambio, lo ideal es que te broncees entre las primeras horas de la mañana y las últimas horas de la tarde.