Cómo empezar a llevar una vida saludable

Es hora de hacer (y cumplir) los propósitos de año nuevo. Si llevar una vida saludable está entre los vuestros, os dejo unas ideas y trucos para que podáis conseguirlo poco a poco y sin demasiado esfuerzo.

  Bueno, ahora sí que sí, se acabaron los turrones, roscones, polvorones, rones y todo lo que acaba en -ones, incluidos los atracones, propios de la Navidad. Hay que volver a la rutina y al redil, y quien más quien menos tendrá algunos centímetros o gramos que perder. Salvo que seáis semidioses y no hayáis engordado un gramo, que alguno habrá por ahí, pero seguro que os viene bien también comer en condiciones y llevar una vida sana, porque no es sólo cuestión de imagen.

¿Y cómo se hace eso? Porque sí, es un propósito de año nuevo muy típico, pero sobretodo para quien no lo ha hecho nunca puede parecer muy difícil de llevar a la práctica. Bueno, pues yo me he propuesto ayudaros a conseguirlo, porque es más fácil de lo que creéis, con estos trucos que os traigo. Básicamente se trata de comer mejor y moverse más, aunque también hay otras cuestiones que nos van a ayudar. Apuntad:

Propósito: Comer Mejor. Cómo lo conseguimos: Comprando con cabeza, haciendo recetas más sanas, teniendo alternativas saludables.

Si pensáis que comer sano es no pasar del pollo a la plancha y la lechuga, os equivocáis. Hay montones de recetas saludables por ahí que podéis probar para no comer siempre lo mismo y que además os encante lo que estáis tomando. Existen cada vez más libros de recetas saludables, vegetarinas, sin azúcar... y en Internet ni os cuento todo lo que podéis encontrar. Hacer nuevas recetas es una manera de motivaros a comer mejor, ¿no? Se me ocurre que podría enseñaros de vez en cuando algunas recetas nuevas para que vayáis probando, bien aquí o en mi canal de YouTube. ¿Qué os parece?

También es importante hacer la compra con cabeza. Es decir, nada de ir con hambre, evitar los pasillos de las tentaciones (esto es más fácil si hacéis la compra por internet) y llevar una lista cerrada de todo lo que necesitáis para no caer en las trampas. De hecho, si hacéis la compra en un mercado tradicional, de los que tienen sus puestos de fruta y verdura, la pescadería y la carnicería, mucho mejor que en el súper.

Otra buena idea es desterrar las tentaciones si sabéis que vais a caer en ellas. Si tengo en casa una caja de galletas de chocolate, lo más probable es que acabe comiéndomelas (más que nada por quitarla de en medio ), así que intento no tenerlas. Porque tengo mucha fuerza de voluntad, sí, pero no siempre puedo confiar en ella, y menos en determinados días del mes. Por ejemplo, antes de escribir este post, que era la hora de la merienda, tenía hambre y se me ha pasado por la cabeza comerme un churro (los compro congelados en Mercadona, para que veáis que una no es de piedra). Bueno, pues he sido fuerte y me he tomado en su lugar un batido de proteína de chocolate con agua y una tortita de arroz. ¿Me ha sabido igual de bien? La verdad es que sí. ¿Me ha quitado el hambre? Más aún que el churro. ¿Me he sentido bien conmigo misma por tomar la opción más sana? Por supuesto. Y eso es lo que más me gusta de todo. Pero si no hubiera tenido esa alternativa saludable me habría comido el churro seguro. Así que eso, hay que tener opciones saludables como frutos secos (crudos, nada de fritos), fruta, tortitas de arroz, avena, batidos de proteína, bebidas vegetales, pechuga de pollo hervida, etc.

Más ideas: hacer meal prep un día a la semana para tener medio listas las cenas y almuerzos, de manera que cuando lleguemos sin tiempo ni ganas no comamos lo primero que pillemos, que no suele ser lo más sano. Podemos hervir arroz integral, quinoa, judías verdes o brócoli, dejar verduras cortadas en táperes, asar batatas, hacer cremas de verduras o sopas, hervir o hacer a la plancha pechuga de pollo... Con todo eso medio hecho podemos armar un plato sano en cerocoma.



Propósito: Hacer más ejercicio. Cómo lo conseguimos: Buscando motivación y fabricando el tiempo para hacerlo.

No se trata de apuntarnos a un gimnasio y volvernos locos haciendo spinning si no hemos hecho ejercicio en años. Primero, porque nos vamos a cansar a la primera y, segundo, porque con las agendas que tenemos es muy complicado cuadrar unas horas para entrenar.

Una buena idea es buscarse un partner in crime con quien motivarnos, un amigo con el que hacer ejercicio, aunque sea salir a andar, para que no faltemos a nuestra cita. Si sabemos que ese amigo se va a quedar colgado si no vamos, seguro que nos cuesta más faltar.

Entrenar en casa es también uno de mis trucos. En YouTube tenéis muchos vídeos (los míos, sin ir más lejos) para todos los niveles y objetivos. Ni siquiera necesitáis tener equipamiento, y os ahorráis el tiempo de ir y volver del gimnasio. Además, los entrenamientos tipo HIIT, de los que sabéis que soy súper fan (y si pincháis ahí veréis un montón de posts de ese tema), pueden ser de sólo 15 minutos y siguen siendo súper efectivos, así que la cuestión de la falta de tiempo se resuelve.

Las pulseras de actividad y monitorización (como la Fitbit) y las apps de salud también pueden ayudarnos a motivarnos. Por ejemplo, yo hoy he salido a andar -es un ejercicio estupendo, no todo va a ser machacarse corriendo y haciendo flexiones- y cuando he terminado he comprobado los pasos y kms que había hecho, y eso me motiva a que mañana haga lo mismo o más. Algunas pulseras incluso te avisan para que cumplas tus objetivos cada día.

Propósito: Bajar las revoluciones. Cómo lo conseguimos: Practicando el Mindfulness.

El nivel de estrés al que estamos sometidos hoy en día no ayuda mucho a sentirnos mejor y llevar una vida saludable, y conviene tener herramientas que nos ayuden a bajar las revoluciones. La meditación y el mindfulness son súper recomendables pues nos ayudan a respirar mejor, ser más conscientes de lo que nos rodea, reaccionar mejor ante las adversidades y problemas, y a tomarnos la vida con más calma en general. Diez minutos son suficientes, y os recomiendo mucho la app Siente, con la que aprenderéis desde el nivel más inicial.

Bueno, estos son mis trucos y recomendaciones para que empecéis a llevar una vida saludable poco a poco. No es cuestión de pasar de 0 a 100 en dos días, pero sí de ir incorporando cada día alguna de estas ideas, y sin daros cuenta estaréis en el camino.