Según la Asociación Española Contra el Cáncer, hasta hace relativamente poco tiempo se pensaba que el humo del tabaco tan solo producía molestias leves, como picor de ojos o nariz, pero ahora ya se sabe que las personas que conviven o tratan con fumadores habitualmente, están totalmente expuestas a los efectos del ACHT, que es el humo que expira el fumador y que contiene elementos incluso más contaminantes y perjudiciales que el que inhala durante la calada.
Y no solo esto, la ciencia también ha demostrado que los más vulnerables son los niños. Tal es así, que la Organización Mundial de la Salud ha alertado de que 250 millones de los niños que viven en la actualidad morirán por culpa del tabaco. Es un dato que sobrecoge.
¿Cómo afecta el humo del tabaco al fumador pasivo?
El riesgo de padecer estas enfermedades se dispara si somos fumadores pasivos habituales.
- Durante el embarzo. Prácticamente el 50% de las mujeres embarazadas son fumadoras pasivas. Este dato es nefasto si tenemos en cuenta cómo afecta el tabaco al feto, y es que la nicotina y demás sustancias tóxicas viajan a través de la sangre de la embarazada, atraviesan la placenta e impactan sobre el sistema nervioso central del bebé. Así, los hijos de madres fumadoras pasivas presentan durante sus primeros meses comportamientos más nerviosos e irritables, tienen peor desarrollo cognitivo, crecen menos y son más tendentes a sufrir tensiones musculares, otitis e infecciones respiratorias. A todo esto hay que sumar el riesgo de sufrir abortos o aumentar la posibilidad de que el lactante fallezca por el síndrome de la muerte súbita. Por todo ello, las madres deben evitar a toda costa no solo fumar sino alejarse todo lo posible del humo del tabaco, especialmente en lugares pequeños y cerrados.
- Enfermedades respiratorias. En adultos, enfisemas y EPOC. En niños, neumonía, bronquitis, asma... El humo de los cigarrillos contiene suficientes sustancias químicas nocivas como para desencadenar todos estos problemas relacionados con las vías respiratorias, muchos de ellos de considerable gravedad.
- Cáncer de pulmón. Aunque el riesgo de padecer cáncer de pulmón está estrechísimamente ligado al hecho de fumar, lo cierto es que alrededor del 20% de las personas que desarrollan esta enfermedad no han fumado nunca de forma directa. El problema es que sí lo han hecho... pasivamente.
- Otras dolencias. A estas enfermedades graves hay que añadir otros problemas frecuentes asociados a la inhalación del humo del tabaco, tales como la irritación de vías respiratorias (tos y mucosidad), de los ojos, etc.
Si no eres fumador, te aconsejamos que seas asertivo, hazte valer y exige tus derechos. ¡No permitas que fumen delante de ti!
Y, si lo eres y has leído este artículo, esperamos que te haya invitado a la reflexión y que te haya servido para plantearte la posibilidad de dejar de fumar. Por tu bien, y por el de los demás.
¡Te esperamos en nuestro próximo post del blog Vivienda Saludable!