La coloración Melting trata principalmente de aportar luz, aclarar ligeramente la melena sin que se note el contraste, sin “efecto raíz”, podríamos denominarlo como un degradado natural o un fundido de color.
Una de las ventajas que tiene es que no necesita mucho mantenimiento en el salón de belleza, por lo que no es un look caro ni difícil de mantener, además, el resultado queda multitono por la fusión de diferentes tonos de tinte por lo que el efecto es totalmente natural. Es ideal para todo tipo de cabellos, sobre todo para los castaños claros y castaños oscuros, pero también se puede hacer en rubios o morenos, en cortos y largos.
Tipos de coloración Melting:
Iced Champagne: en tonalidades frías, ideal para los cabellos rubios.
Melted Caramel: en tonalidades cálidas, ideal para los cabellos castaños y castaños claro.
Vanilla Blonde: fusión de tonos ideal para cabellos rubios cálidos.
Golden Chesnut: multitono preparado especialmente para los cabellos castaños.
Warm Copper: para las pelirrojas, en todas sus variantes.
Pero ya existen tantas técnicas parecidas que son difíciles de distinguir, vamos a ver las principales diferencias que tiene la coloración Melting con sus “primas” más conocidas:
Balayage: Coloración natural sutil con efecto suave y natural donde se diferencian los colores pero contrasta menos que unas mechas. Aporta luz y movimiento al cabello.
Babylights: Trata de crear unos hilos de color tan finos que apenas se ven, pero que aportan mucha luz y brillo sin notarse el contraste con el resto del cabello.
Melting: El color se funde de manera progresiva y difuminada, creando un brillo totalmente natural. Es la más sutil de todas.