El otro día estaba leyendo un blog americano que me gusta mucho (Love... Maegan, por si os interesa) donde hablaba de Acción de Gracias y lo importante que es ser agradecidos. Y no solo contaba cosas muy interesantes, sino que me inspiró para daros algunos tips para ponerlo en práctica, porque puede ser muy bueno para nuestra salud mental, pero también física. Os cuento cómo, que en estos tiempos que nos está tocando vivir nos vendrá muy bien.
Como bien sabéis, el pasado jueves fue el día de Acción de Gracias, que tanto se celebra en Estados Unidos. Hay muchas tradiciones de ese país que hemos ido importando en los últimos años (lo que nos gusta una fiesta y un descuento en este país no es normal), pero yo os quiero hablar de la esencia de esa fiesta y de lo beneficiosa que puede llegar a ser incluso para la salud.
¿Sabíais que practicar el agradecimiento nos ayuda no solo a apreciar más lo que tenemos y a ser menos materialistas, sino también a sufrir menos estrés, dormir mejor, tener un mejor ánimo e incluso tener un mejor sistema inmune?
Sé que estos momentos de incertidumbre, cambios, momentos malos e incluso muy malos a nivel personal, profesional y de salud pueden hacernos pensar que tenemos poco por lo que agradecer, pero precisamente ahora es cuando deberíamos hacer un pequeño esfuerzo por pensar en las cosas buenas que tenemos alrededor.
Ser capaces de valorar lo que tenemos cada día es una práctica que ayuda a concentrarse en las cosas positivas y que nos puede hacer ver oportunidades incluso en medio de las peores crisis. Es algo que deberíamos hacer a diario y que puede ejercitarse, como la meditación, y para lo que no necesitamos nada más que unos minutos.
¿Qué os parecería si cada día, antes de acostaros, pensárais en tres cosas que agradecer de esa jornada? Os aseguro que os iríais a la cama más felices y más relajados. También podríais hacerlo al despertar, justo antes de levantaros, y empezaríais el día con mejor humor. Ojo, no es necesario que sean cosas materiales, y si lo pensáis seguro que hay muchas cosas que podéis agradecer cada día, y sin repetir: la llamada de un familiar, la sensación de abrigaros con la manta en el sofá, tener un cuerpo sano con el que podéis hacer ejercicio, la alegría de vuestra mascota al llegar a casa, el olor de un café recién hecho, lo que os habéis reído viendo vuestra serie favorita, ver cómo vuestros hijos tienen ocurrencias de personas mayores... Cosas pequeñas pero que nos hacen sonreir y sentirnos satisfechos.
Aunque dicen que lo ideal es usar un papel y un lápiz para escribir a mano y tener un diario de agradecimiento, creo que también vale usar las notas en el móvil e incluso hacerlo mentalmente. Ya hay hasta apps para ello, por cierto. De hecho, en el blog que leí el otro día hablaba de una que tenía unos extras que me encantaron y que son hacerse estas dos preguntas:
¿Qué puedo hacer para que mi día sea mejor?
¿Qué podría haber hecho para que mi día hubiera sido mejor?
Me parece súper buena idea preguntarse eso a diario. Creo que nos ayudaría a ser mejores o al menos intentarlo, a ser más conscientes de que en nuestras manos está hacer nuestra vida un poco más bonita, y a ver, por encima de todo, el lado bueno de las cosas.
¿Os animáis a poner en práctica la gratitud? ¿Cómo vais a hacerlo?
Fuente: este post proviene de Fitness & Chicness, donde puedes consultar el contenido original.
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