Diariamente escuchamos hablar de estas pastillitas amarillas, sabemos que muchos las consumen, pero ¿sabemos por qué?.
Los higos, la lechuga y el pepino son fuente de Omega-3.
¿Recuerdas qué le pasaba a Popeye cuando comía espinacas?
Sí, se convertía en un hombre fuerte y musculoso.
En la vida real hay una pastilla que hace el mismo efecto, pero en vez de músculos, fortalece el organismo.
No es una vitamina ni una hormona.
Se trata de los ácidos grasos poliinsaturados Omega-3: eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), que según explica el gastroenterólogo Tony Conti, no son fabricados por el organismo, por lo que los hemos de incorporar a partir de lo que ingerimos.
Estos ácidos grasos, benignos, se encuentran naturalmente en:
El Salmón y el pescado azul, son una buena fuente de Omega-3.
Frutos secos como el higo, piña, fresas, pasas, almendras, nueces, avellanas etc., en semillas como la sacha inchi, chia y lino, en el huevo, específicamente en la yema, la soja y el aceite de oliva y de semilla de uva. Pescado azul, productos marinos en general: salmón, sardina, anchoa, arenque, bacalao, marisco. Pepino, coles de brusel.la, lechuga, espinacas ….
Decir que también se encuentran en farmacias y esabliments autorizados en formas de comprimidos recubiertos o cápsulas softgel.
En cuanto a los beneficios, me puedo extender por varias líneas pero me limitaré a las razones más importantes del por qué consumir Omega 3.
√ Protector coronario (del corazón)
El Omega-3 ayuda a depurar o purificar la sangre de sustancias malignas, así como a reducir los niveles de triglicéridos en el organismo.
Una de las razones por las que debemos consumir Omega 3 es su facultad para actuar sobre la esfera cardiovascular, beneficiando la disminución de triglicéridos, tensión arterial y favoreciendo por completo al sistema circulatorio. “Una sustancia llamada tromboxano, proveniente del EPA, evita la formación de coágulos, los cuales conducen al infarto y los accidentes cerebrovasculares”.
En el marisco también se encuentra el Omega-3.
Los primeros estudios en relación al Omega-3 y los problemas cardiacos, se empezaron a hacer a finales de los 70.
Kromann y Gregg, dos epidemiólogos daneses, investigaron que los esquimales prácticamente no mueren de enfermedades coronarias lo que asociaron a la dieta alta en productos marinos y peces, fuente de estos ácidos grasos de los que hablamos hoy. La larga vida de los japoneses también se asocia al consumo de Omega-3 dada su dieta muy rica en peces y soja.
√Estabilitzador emocional:
En conexión con esto, se ha descubierto que la gente que vive en lugares donde se consume más pescado, los niveles de depresión son casi nulos, por lo que se asocia al Omega-3 la posibilidad de disminuir considerablemente el sufrimiento de este trastorno.
También se dice que el consumo regular de este ácido graso, ayuda a controlar los ataques de ira o “rabietas” de los niños pequeños, y reduce los niveles de agresividad de un adulto. Asimismo, ayuda a mejorar conductas antisociales y es excelente en personas que sufran de autismo y demencia.
En base a ello, se utiliza en pacientes que busquen estabilizar los niveles de bipolaridad y en general, a consolidar a la gente para que “tenga actitudes más relajadas”. De hecho, se han estudiado casos de niños que al empezar a consumir cápsulas de Omega-3, han incrementado notablemente el rendimiento académico, por lo que se le considera también como un “benefactor cerebral”.
√Removedor de grasa:
Pues sí, el Omega-3 tiene agentes que ayudan a eliminar grasa, junto con una dieta y un alto consumo de agua.
Para explicarlo en términos simples, el Omega-3 es una “grasa buena”, que se mezcla con las grasas malas y juntas se disuelven. Esto se traduce en la eliminación de material adiposo y por tanto, ayuda a tener un porcentaje de grasa menor.
Las espinacas, verdura rica en Omega-3.
√Funcions diversas:
Ayuda a la regeneración de uñas y tener una mejor calidad de cabello. Es excelente para tratamientos de cáncer en general y activa también las funciones lubricantes naturales del organismo; eliminando el “síndrome del ojo seco”.
Ayuda a la concentración, a tener mejor memoria y por eso mismo, elimina probabilidades de sufrir de Alzheimer
Mujeres y Omega-3
Los beneficios del Omega-3 para la salud de estos ácidos grasos son infinitos y para la mujer aún más, ya que poseen funciones específicas para el cuerpo femenino como “suavizar” los molestos dolores menstruales.
Las mujeres que suelen consumir Omega-3 a través de su fuente natural y en cápsulas, pueden llegar a reducir los síntomas derivados de la menstruación, ya que estos ácidos son precursores de una sustancia llamada prostaglandina, que tiene un efecto antiinflamatorio y de regulación del dolor.
Embarazadas.
La Sardina es un pescado en Omega-3,
¿Por qué deben consumir Omega-3?
Estos ácidos grasos esenciales son imprescindibles en la dieta de la embarazada para que gracias a ellos se creará la retina y el sistema nervioso del feto.
Una futura madre puede transmitir a su bebé los ácidos grasos a través del cordón umbilical. El bebé se estructurará un cerebro de mejor constitución, desarrollando mejor su inteligencia y resultando más tranquilo y con mayor agudeza visual por su acción sobre la retina.
Cuando llegue la etapa de la lactancia, el bebé podrá seguir beneficiándose en su desarrollo a través de la leche materna y posteriormente mediante alimentos.
Menopausia
En la menopausia la mujer tiene un déficit estrogénico y es en este sentido que toman especial importancia desde el punto de vista cardiovascular ya que tienen poderes antiinflamatorios, antitrombóticos, antiarrítmicos, hipolipemiantes y vasodilatadors.
Píldoras de lucha
Foto/ cedida. Cápsulas softgel de Omega-3.
El Dr. Tony Conti, en una entrevista publicada en Salud Actual, explica que “La ingesta excesiva de grasas y alcohol y la disminución del consumo de fibras dietéticas y antioxidantes están muy relacionados con la incidencia del cáncer, estos excesos o defectos nutricionales hacen más comunes de los cánceres en el aparato digestivo, hígado, páncreas, mamas y próstata. Por el contrario, el consumo de ácidos grasos Omega-3 se asocia con una disminución en la aparición de los cánceres de mama, colon y próstata “.Sin embargo, Conti resalta que diferentes estudios han demostrado que estos ácidos grasos tienen la capacidad de reducir el crecimiento de las células cancerígenas humanas y pueden recuperar el sistema inmune de las personas afectadas. “El consumo de Omega-3 contribuye a dificultar la movilidad de las células malignas y en consecuencia, reduce el riesgo de invasión y metástasis. Si se tiene en cuenta que la mayoría de las muertes por cáncer se debe a los tumores secundarios , esto es realmente importante “
Fotos/ pixabay.
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