Voy a dar por sentado que entiendes que tú eres embajadora de tu propia marca allá donde vas. Puede parecer algo frívolo, pero la realidad es que nuestra apariencia personal, nuestras maneras… No sacarnos todo el provecho posible puede estar limitando que alcancemos ciertas metas: ese trabajo que queremos, esa promoción en la empresa, esos clientes que no nos contestan que sí… ¿Por qué?.
LA APARIENCIA IMPORTA
En marketing utilizamos un concepto importantísimo para las marcas que es la CONTINUIDAD, aplicable a las personas:
Una persona tiene más opciones de éxito cuando hay correlación entre lo que dice que es, lo que realmente es y lo que los demás dicen que es. Con tu marca, contigo, ocurre exactamente lo mismo.
Imagina que deseas un puesto de directiva, o de secretaria o de modelo… Lo que quieras. Piensa: ¿Te vistes como una directiva/secretaria/modelo/empresaria aunque aún no tengas ese puesto? En una reunión, o una comida con jefes/as o posibles contratantes… ¿te comportas como la directiva/secretaria/modelo/empresaria que deseas ser?.
Quienes tienen la decisión de darte ese trabajo… ¿te ven así ahora?.
SACAR LO MEJOR DE TU IMAGEN…
…y dárselo a los demás. ¿Te obliga eso a cambiar de estilo?¿de personalidad?. La respuesta es NO. Te ayuda a dar lo mejor de ti, a subirte la autoestima, a que te veas como quieres ser y a que los demás te consideren como tú creas conveniente. A dar la imagen que deseas. Complementa todo el esfuerzo y el trabajo que hay que hacer: no sólo tenemos que ser excelentes en nuestros trabajos, sean cuales sean, también es importante parecerlo. Transmitirlo. No dejar de ser nosotr@s, sino tener más control sobre la impresión que damos.
Te pongo un ejemplo: cuando emepecé a trabajar, como era la “jovencita”, todos me trataban con cariño: me llamaban “corazón”, me pedían pequeños favores… Todo muy tierno. Pero pasaban los años, era una profesional, conocía a gente influyente y, sin embargo, no conseguía subir de puesto mientras me pedían disculpas porque otros habían ascendido antes que yo. Así que después de ver dónde estaba el fallo en mi actitud (no me estaba vendiendo correctamente), y hacer un curso de imagen personal, la cosa cambió. Empecé a hacer que los demás me vieran de forma distinta, y no pasó ni un año cuando conseguí el puesto que quería. Mis jefes dijeron que fue por mi positiva evolución. ¡Pero te aseguro que era la misma!. Sólo había invertido un poco en aprender cómo hacer que los demás cambiaran su percepción de mí.
Habría ahorrado mucho tiempo si alguien me hubiera contado esto cuando empecé en mi trabajo.
MEJORAR TU APARIENCIA…
…no siempre es fácil. No todas sabemos sacarnos partido de forma natural, y aprender a hacerlo es una grandísima ventaja. Doy fe.
Pero además es importante en muchos casos saber etiqueta, controlar el lenguaje corporal, la voz, a ser una buena anfitriona, saber de vinos, hablar en público… Son muchos pequeños detalles que te hacen sobresalir, que te recuerden y te tengan en cuenta.
Afortunadamente tenemos profesionales como sarastudio.com que te ahorran ir aprendiendo cada cosa, poniéndotelo todo bien juntito y clarito en sus cursos de imagen personal. ¡Ojalá hubiera conocido el que tienen de protocolo empresarial en el momento en que me sentí tan perdida!.
Anímate si ves que hacer lo de todos los días no te hace progresar; te aseguro que merece la pena la inversión.
¡Espero que te hayan gustado estas reflexiones!
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