Sobrehidratar la piel, ¿es posible?

Siempre he oído que lo más importante es tener la piel limpia y sobre todo, hidratar, pero realmente me pregunto si necesito tanta humentación a mi piel y si puedo estar abusando de la hidratación.

La piel absorbe un 60% de lo que aplicamos en ella (una piel deshidratada lo hará más). Una humectante fuerte puede provocar poros obstruidos, acné y hacer que nuestra piel produzca demasiado aceite, es por eso que en este nuevo post te cuento más detalladamente todo lo que necesitas saber.

 



El medio ambiente afecta los niveles de hidratación de nuestra piel, y si tienes la piel seca no deberías de preocuparte de si hidratas la piel, pero si estas de mi lado y tu piel tira a mixta/grasa... Es posible que estemos utilizando una rutina poco apta.
 

¿Es posible sobre-hidratar la piel? La respuesta es sí

Esto ocurre en los corneocitos (las células muertas en la capa más externa de la piel) que funcionan como una barrera. Estos corneocitos comienzan a hincharse después de la exposición a humedad excesiva. La estructura de la barrera comienza a cambiar y el aumento de la pérdida de agua transepidérmica es considerable. La barrera está comprometida y existe el riesgo de penetración de compuestos químicos y biológicos.
 

Cómo podemos saber si hemos sobre-hidratado la piel

Después de aplicar nuestra crema hidratante debemos notar la piel elástica, nutrida, calmada... Si sentimos que la piel no absorbe la crema, deja un residuo brillante... Son signos que no debes pasar por alto.

 

Qué podemos hacer

Es importante que la piel no este cubierta de células muertas para que la piel pueda absorber la humedad. Exfoliar la piel con un producto suave una vez a la semana y evitar aplicar demasiado producto siempre ayudará.

Por otro lado, elegir la crema hidratante adecuada a nuestro tipo de piel y evitar los ingredientes potencialmente irritantes, como AHA, BHA, retinol, formaldehído, ftalatos o extractos botánicos; Además de fragancia, los parabenos y los aceites esenciales (en pieles sensibles).

 

Qué tipo de hidratación necesito

En pieles grasas/con acné nos pensamos que no necesitamos tanta hidratación y solemos utilizar productos fuertes para lavarnos la cara, pero abusar de la limpieza puede ejercer un efecto rebote y producir más grasa a la piel. En cambio, sérums o cremas de textura gel y/o libre de aceites son buenas opciones.
En caso de que seas propensa al acné, evita el alcohol, aceites pesados o vaselinas ya que pueden producirte más brotes.
En su lugar, busca humectantes con ingredientes que estén clínicamente testados para prevenir brotes como adapaleno, peróxido de benzoilo y ácido salicílico.

Si tienes la piel seca, busca productos que contengan ácido hialurónico y ceramidas. Estos ingredientes bloquean la humedad y mejoran la textura.
Las ceramidas ayudan a restaurar la barrera de la piel al unir las células, y el ácido hialurónico puede contener hasta 1.000 veces su peso en agua, lo que significa que hace maravillas en la hidratación de la piel.

 

Algunos consejos:

Desde que he descubierto los aceites para la piel, no dejo de utilizarlos, pero aunque suavizan la piel seca e irritada, no deberían de ser utilizados en lugar de la crema hidratante.

Tu crema hidratante será más efectiva cuando la apliques en el rostro algo húmedo. De esa manera retendrá mejor la humedad.

Reconozco que soy muy pesada con la importancia de utilizar bloqueador solar, pero aunque haya un bajo nivel de sol, es muy perjudicial para la piel.

Exfoliar el rostro es un paso importante, pero no hay que abusar.

Si al limpiar tu rostro, al secar la piel con la toalla, aplicar la crema... Ejerces la acción como de"frotar" y no masajear, puedes debilitar la función de barrera de la piel y causar inflamación.

Hay personas que piensan que no importa utilizar la crema de noche por la mañana y viceversa, pero la realidad es que las cremas de noche suelen tener ingredientes esenciales ya que durante la noche los niveles de hidratación disminuyen.

La deshidratación de la piel no solo ocurre por lavar excesivamente el rostro, el clima, aire acondicionado, exposiciones prolongadas al sol... Sino que también factores genéticos, medicación, hormonas, no tener una buena alimentación, el tabaco, alcohol, no beber la suficiente agua...