Un buen cuidado de la piel ya seas hombre o mujer, sin importar tu edad o estilo de vida (siempre que sea saludable), puede ayudar enormemente a mejorar la calidad y condición de tu piel; Y es que no solo es cuestión de tener un buen ADN, desde hidratar tu rostro hasta protegerle del sol son factores básicos para construir una buena rutina de cuidado de la piel.
Cualquier rutina de cuidado de la piel debe de tener 3 pasos principales: Limpieza, tonificación e hidratación.
Factores como: Contaminación, polución, exposición solar, cambios de temperatura, suciedad acumulada a lo largo del día, hormonas, estrés, mala alimentación... No solo hace que aparezcan imperfecciones, sino que la piel parece menos tersa, luminosa, aparecen arrugas, los cosméticos y el maquillaje no tienen efectividad...
Limpieza:
Lavarse el rostro dos veces al día (mañana y noche) con un limpiador facial el cual se adecue a nuestras necesidades dependiendo de nuestro tipo de piel (sensible, mixta, normal, grasa, reactiva...) es el primer paso para devolverle a nuestra piel la luminosidad y vitalidad perdidas, además de mejorar la textura y la uniformidad de nuestro rostro.
Si tienes la piel seca, querrás usar uno sin alcohol, libre de fragancia; en cambio si tu piel tiende a ser grasa, la mejor opción es libre de aceites.
Tónico:
Después de limpiar la piel, el segundo paso es utilizar un tónico ya que ayudan a que los demás productos de tu rutina se absorban mejor, al tiempo que equilibra su complexión.
Las formulas han evolucionado enormemente. Ya no son productos a base de alcohol tan astringentes, ahora podemos encontrar algunos ingredientes maravillosos para la piel como:
Alfa y beta hidroxiácidos: Eliminan suavemente las células muertas de la piel que pueden obstruir los poros, elimina las manchas de tu cara provocadas por el sol y minimiza la opacidad.
Ácido hialurónico: Aumenta la hidratación y rellenar la piel para tratar sutilmente las finas lineas de expresión.
Agua de rosas y té verde: Calma la irritación y reduce el enrojecimiento con un efecto anti-inflamatorio.
Vitamina E y C: Combaten la exposición diaria a los radicales libres que pueden envejecer la piel.
Eso si, recuerda que algunos ingredientes pueden ser exfoliantes, por lo cual se pueden usar solo por la noche o un par de veces a la semana.
Aceites faciales:
La mayoría de los aceites faciales se pueden usar dos veces al día, tanto en la mañana como en la noche. Deben aplicarse después de los sueros y geles faciales, pero antes de las cremas y lociones.
Algunos beneficios de los aceites faciales:
Hidratan intensamente sin dejar un residuo graso.
Iluminan e igualan el tono de tu piel.
Eliminan las bacterias y calma la piel propensa al acné.
Calman la piel roja e inflamada y alivia los síntomas de la rosácea.
Sérum:
Llenos de dosis concentradas de ingredientes activos, estos elixires pueden mitigar una serie de problemas, desde manchas oscuras hasta arrugas.
Para problemas específicos, busca estos productos de La Roche Posay:
Ácido hialurónico: Sella la hidratación y fortalece la función de barrera (la capa superior de la piel) para evitar la pérdida de humedad.
Vitamina C: Ayuda a aclarar la piel opaca y disminuir las manchas oscuras con el uso continuo.
Retinol, Vitamina B3, péptidos que estimulan la producción de colágeno y elastina, proteínas en el cuerpo que ayudan a prevenir las líneas y la flacidez de la piel.
Azufre coloidal, niacinamida la cuales calman el enrojecimiento y la irritación al disminuir la inflamación, y mejorar el acné con sus efectos anti-microbianos.
Hidratante:
Todas necesitamos una crema hidratante, pero la textura de la crema será diferente según el tipo de piel y las necesidades de la misma.
Piel grasa: Busca productos con textura gel-crema para evitar añadir grasa o brillos a tu piel.
Piel seca: Debes buscar texturas muy ricas y fundentes porque necesitas hidratar y nutrir tu piel en profundidad
Piel sensible: Aplica una crema de muy alta tolerabilidad (sin perfume, sin conservantes y sin agentes surfactantes), para disminuir las reacciones inflamatorias
Piel normal : Necesitas texturas en crema, de acabado ligero para evitar los brillos, pero a la vez que te aporten toda la hidratación que necesita tu piel.
Contorno de ojos:
La piel del contorno es la zona más frágil de todo el rostro. Carece prácticamente de músculos destinados a sostener y de glándulas sebáceas. A esto hay que añadir que es pobre en fibras de colágeno y elastina y problemas de circulación pueden tener su manifestación más visible en la ojeras.
Los mejores activos para cuidar la zona son:
Cafeína: Es un excelente activador de la circulación sanguínea. Mejora el aspecto de ojeras.
Ácido hialurónico: Aporta hidratación y actúa como esponja gracias a su capacidad de captar agua e hincharse dentro de los surcos de la piel.
Vitaminas: Poseen un efecto antioxidante. Inhiben la acción de los radicales libres y previenen el envejecimiento.
Péptidos: Estimulan la producción de colágeno y mejoran la firmeza.
Bloqueador solar:
No importa si es invierno, si hay nubes y no hay rastro del sol... El protector solar es el producto más importante del cuidado de la piel.
Es súper importante como parte del régimen de todo el año, el uso constante de protector solar. Este ayuda a prevenir el desarrollo de líneas finas y arrugas, imperfecciones de textura y cambios en la apariencia de los poros con el paso del tiempo. Y lo que es más importante, el uso diario de protector solar puede ayudar a prevenir la formación de ciertos tipos de cáncer de piel.
Y tú, cuidas tu piel?!
Fuente: este post proviene de Bimba y sus cosas, donde puedes consultar el contenido original.
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