Manos, cara y cuello son las zonas más expuestas al quedar fuera de la ropa; el frío así como el sol también queman a la piel por lo que a medida de lo posible hay que protegerla. Sin embargo no olvides al resto de tu cuerpo.
Cremas
Utiliza cremas para piel seca, incuso para extra seca aunque no acostumbres usarlas durante el resto del año, de esta manera te asegurarás de tener bien hidratada tu piel que en invierno se vuelve un tanto más exigente. Te recomendamos aquellas a base de cacao, aloe vera y elastina para que sientas el efecto inmediatamente. Si a pesar de aplicar tu crema sigues sintiendo tu piel estirada o puedes pintar una línea blanca sobre ella, es indicativo de cambiar de crema.
Además de hiadratarte después del baño (que es lo más regular) carga contigo siempre una crema que puedas estar constantemente aplicando a tus manos ya que con las lavadas la crema se cae.
Baños
Aunque suene tentador con este frío, no te bañes con agua muy caliente ya que la alta temperatura del agua acaba con la elasticidad propia de la piel resecándola aún más.
Protector solar
¿Y te preguntarás, dónde está el sol? Pero a pesar de que no lo veamos, los rayos UV siguen haciendo de las suyas así que a pesar de estar en medio de una ventisca, aplica siempre un poco de filtro solar sobre tu piel, sobre todo en manos, cara y cuello, más aún si vives en algún lugar rodeado de nieve ya que ésta refleja más aún los rayos solares.
Bálsamo labial
No te olvides de los labios, ya que estos sufren mucho en invierno, el viendo y las bajas temperatura resecan a delicada piel de los labios, por ello protégelos con algún bálsamo, pero éste debe ser especial ya que hay muchos de uso cosmético que solo añaden hidratación express dejándolos más resecos al final.
Haz de tu hidratación un hábito diario, aplica crema en todo tu cuerpo, masajea tus codos, rodillas y tobillos, partes donde la piel es un tanto más dura y pon atención extra a las zonas expuestas.