La realidad es que por mucho que queramos huir de los químicos, no es fácil. Hemos hablado con una dermatóloga y una doctora especializada en medicina estética para lanzar un poco de luz sobre este tema y nos ponen en cuarentena respecto a los productos de cosmética natural.
La doctora en medicina estética Júlia Martínez Illescas nos advierte de la necesidad de que los productos pasen controles estrictos y profesionales, cosa que no sucede con los productos de herbolario, ya que "desconocemos la cantidad y concentración exacta" de la composición, mientras que "todo lo que sale de un laboratorio ha pasado por controles farmacéuticos". En la misma línea se pronuncia la dermatóloga Esther Zamora, ya que "el problema de algunos cosméticos naturales es que no indican su composición y, en muchos casos, no llevan etiqueta".
De hecho, Martínez-Illescas nos recomienda fijarnos en la composición, ya que es precisamente lo que valora el médico o profesional estético, junto con el tipo de piel, ya que no todo el mundo acepta igual los productos. Nos recomienda buscar laboratorios serios.
También hemos intentado averiguar la diferencia entre cosmética natural, ecológica, orgánica y bio, que no está nada clara. Las firmas utilizan estos conceptos a su conveniencia y os aseguramos que hemos buscado en decenas de artículos y tampoco hemos sacado nada en claro. Lo único que podemos deciros con certeza es que todos los productos que indican que son bio tienen que demostrarlo pasando controles estrictos de calidad que lo certifiquen. Recordad que había unos yogures anunciados por un famoso actor español que tuvieron que retirar la palabra BIO de su marca…
A la moda bio, que es la única que tiene cierta seriedad, se han sumado muchas firmas cosméticas como Nuxe, que acaba de lanzar su línea sin parabenos, o Sanex, que también ha sacado la línea de gel de baño SANEX ZERO% libre de estos químicos. Otras como WELEDA están consolidadas en el sector y se dedican a la cosmética natural y bio desde 1921.
Productos Weleda
Fuente: farmaconfianza.com
¿Y qué son los parabenos, los sulfatos y las siliconas que tanto queremos evitar?
Los parabenos son los conservantes que más se usan en la industria cosmética. La dermatóloga Esther Zamora expone que "son derivados del ácido parahidroxibenzoico" (nos quedamos igual) y "los más usados son: etil, propil, metil, butil, isobutil e isopropil" que en las etiquetas de los productos vemos indicados con los códigos "E 215, E216, E217…" Es importante que conozcamos sus símbolos para distinguirlos en el etiquetado. Os lo decimos por experiencia porque preguntaréis en muchas farmacias y no os lo sabrán decir o se lo inventarán (nos ha pasado).
Mucho se ha escrito sobre los efectos dañinos de los parabenos, e incluso se ha dicho que pueden contribuir al desarrollo de tumores. La doctora Zamora asegura que "después de varios estudios no se ha podido demostrar el efecto cancerígeno de estos conservantes, aunque algunos científicos apuntan a que los parabenos tienen una acción que limita los estrógenos" y por eso podrían causar tumores. Según la dermatóloga, "el problema no es el producto en sí mismo, sino el abuso".
Lo que está claro es que algunos parabenos se han retirado y no pueden usarse ya en la industria cosmética…Por algo será. Ahora bien, como nos comentó sabiamente un farmacéutico al que también preguntamos: "ahora prohiben estos, pero ponen otros que acabarán retirando en cinco años".
Zamora añade que parabenos, siliconas, sulfatos y fragancias pueden ser causantes de reacciones y lesiones cutáneas, irritaciones, eczemas, urticaria, etc, y recomienda que las personas con piel sensible utilicen cosméticos sin perfume. Así que, ya puestos, nuestra opinión es evitarlos directamente, tengamos o no la piel sensible.
La doctora Martínez-Illescas también nos recomienda los aceites esenciales de almendras dulces y rosa mosqueta para hidratar la piel. Pero aunque sean aceites que "provinen de ingredientes naturales" fijaros siempre en la etiqueta.
Los sulfatos son los compuestos químicos que se usan para lavar el pelo -los que crean la espuma- y que encontramos en champús, acondicionadores y mascarillas. Arrastran la suciedad y pueden dañar y resecar el cabello si llevan una cantidad elevada (pero los champús generalmente no indican la cantidad de sulfatos que contienen). Los identificaréis con los nombres SLS (sodium lauryl sulfate) y el SLES (Sodium laureth sulfate). La doctora Zamora apunta que los sulfatos suponen entre un 10 y un 20% de la composición de un champú. Hemos probado varios productos sin sulfatos y los que hemos encontrado son generalmente champús de farmacia para piel sensible y para evitar dermatitis. O sea, que todos estos compuestos sí pueden ser dañinos si en pieles sensibles no se recomiendan.
Nosotras hemos probado varios tipos de champú sin sulfatos para este post, pero ya hace mucho tiempo que evitamos estos compuestos y os podemos asegurar que notamos la diferencia. De hecho, cuando en algún momento hemos usado un champú normal con sulfatos, hemos notado un insistente picor en el cuero cabelludo. Nosotras somos partidarias de evitarlos.
Las siliconas. Cuánto nos han engañado. Las siliconas, presentes sobre todo en acondicionadores, mascarillas y productos para el alisado crean una capa alrededor del pelo que provoca esta sensación de suavidad sin encrespamiento que tanto nos gusta. Pero ¡cuidado! que engañan. Lo que pueden provocar las siliconas es que el pelo no respire, se reseque, estropee y quiebre, y le pongamos más producto con silicona para intentar arreglarlo cuando lo que estamos haciendo es entrar en bucle. Es muy difícil encontrar acondicionadores y mascarillas sin siliconas, pero las hay. Por ejemplo, las de la casa WELEDA o las de The Body Shop.
Distinguir las siliconas en el etiquetado es muy fácil: todo lo que acabe en -ONE son siliconas, Si empezáis a fijaros en el etiquetado de todos vuestros productos cosméticos os llevaréis una sorpresa. Las siliconas son especialmente dañinas en el cabello, pero las incluyen muchísimos productos.
El aluminio es otro nuevo enemigo. Lo encontramos en los desodorantes y la doctora Martínez-Illescas asegura que "es perjudicial porque el organismo no lo elimina". Por eso, nos comenta, se ha generado otro debate alrededor del aluminio y muchas firmas, como Vichy, han lanzado desodorantes sin este componente. La piel, nos dice la doctora, "es una barrera, pero mucha gente lo absorve". El aluminio se ha relacionado sobre todo con el desarrollo del cáncer de mama por la proximidad de la axila con las glándulas mamarias.
Fuente: Vichy
Nosotras hemos dejado en la medida de lo posible los parabenos, sulfatos y siliconas y lo hemos notado para bien. Además, si a las embarazadas les recomiendan evitar (entre muchas otras cosas) sulfatos y parabenos porque pueden ser dañinos, es para planteárselo, ¿no?. En el próximo post os hablaremos y recomedaremos productos sin estos compuestos.