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Busca una agenda que se adapte a ti. Es verdad que la agenda mensual que os estaba enseñando es preciosa, pero ahí no cabe nada, a no ser que la utilicemos para recordatorio. En mi caso utilizo la típica agenda que te dan en clase y la personalizo a mi gusto para poder añadir toda la información que sea necesaria.
Después seguiremos por fijar un horario. Tenemos que calcular el tiempo aproximado que dura cada tarea y mirar si hemos de dividirla o la podemos hacer toda en un mismo día. Os voy a poner el ejemplo de un blog: Si un día disponemos de 2 horas libres y otro de 1 hora libre, podemos dividir el trabajo; un día hacemos las fotografías y al otro escribimos. En cambio si tenemos toda una tarde, lo podemos hacer todo junto siempre y cuando no nos agobiemos.
Pero vamos un poco más allá. Si nuestro horario de trabajo/estudio fuera de 9h a 15h a partir de las 15h tendremos que organizar las tareas personales, del hogar, etc pero hemos de marcar una hora límite, sino no acabaremos nunca. Por ejemplo hacer la siguiente división: de 15h a 16h -por decir algo- es nuestra hora de comer y de 16h a 20h hacer las tareas que nos queden. O algo por el estilo.
Cada uno sabe sus necesidades, a finales de semana os colgaré la agenda que voy a utilizar y podréis ver un ejemplo real de cerca.
Estos dos puntos no servirán de nada si no existe una planificación con antelación habrá tareas que no se podrán hacer de un día para otro y es importante priorizarlas y no dejarlas para el último momento. Hay que empezar siempre por las más importantes.
Debes pensar que también surgen imprevistos y que siempre tenemos que dejar un margen para ellos y sobre todo ¡para descansar!
Utiliza post-it, rotuladores de colores, subrayadores... para marcar prioridades, cosas importantes, en fin.. cosas que debemos recordar sí o sí.
¡Y esto es todo por hoy! Hay que empezar asimilar estos consejos y entonces pasaremos a la parte 2.
¡Nos vemos a finales de semana!
Muchos besos,
Lara