Si hablamos de arcilla blanca hablamos de la más suave, compuesta por silicio y aluminio, ideal para las pieles más sensibles, con propiedades astringentes, desinfectantes y anti bacterianas que limpian la piel, la iluminan, la cuidan, la purifican, ayudan a regenerarla disminuyendo cicatrices y manchas.
La arcilla roja es más fuerte que la blanca, se compone de hierro e hidróxidos que le aportan ese color característico roijzo. Es una mascarilla exfoliante ideal para pieles grasas, ayuda a tratar el acné, a secar granitos, elimina espinillas sin dejar marcas, tiene efecto regenerados y anti inflamatorio.
La arcilla verde también está indicada para pieles grasas, actúa de la mima manera que la anterior, pero además tiene oligoelementos que regulan la producción de grasa, aportan elasticidad a la piel, limpian en profundidad y disminuyen los puntos negros.
La arcilla amarilla quizás sea la menos conocida de todas. Regenera y desintoxica la piel, contiene hierro y potasio con lo que la piel se activa y se va regenerando. Sería una buena opción para las pieles con cicatrices. También tiene efecto desintoxicante, elimina toxinas, grasas e impurezas de la piel.
Ahora que conoces los distintos tipos de mascarillas de arcilla que hay en el mercado, puedes elegir la mas adecuada a tu tipo de piel.
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