Al final te sacan de la rutina y te obligan a plantearte nuevos desafíos o, al menos, a revolver un poco las neuronas que se vuelven un poco vagas.
Por eso hoy veis a este tesoro por aquí. Se trata de uno de los famosos Vinylux de CND. Estos esmaltes prometen una mayor duración de esmaltado, aunque la aplicación sea la misma que una laca de uñas de toda la vida. Es decir, que no requieren de un secado bajo luz UV o Led, nada de eso, solamente aire, a lo traidicional.
En teoría el truco reside en el top coat de la misma casa. Un brillo especial que al secarse encapsula nuestro esmalte de manera que dura en las manos hasta 7 días intacto.
Yo no tengo ese top coat que os comento, así que la duración ha sido la de una laca normal y corriente. ¡Eso sí, utilizando Poshé, por eso veis que brilla tantísimo!
Estos esmaltes se aplican sobre la uña tal cual, sin base, y se quedan bien agarrados. Vaya, eso afirma la marca. Como os decía, en mi caso al tercer día se me empezaron a picar las puntas y tuve que retirarlo. Por lo demás tengo que decir que el color es un pasote, es una base marrón claro, un nude que os gusta decir a las modernas ( ) con escamas rosadas que despliegan su esplendor a la luz. Es súper bonito, ¿no os parece?
Lo adorné con una francesa que encontré rebuscando por las placas de Pueen, más dos pequeños medallones en las uñas que no llevan estampación. No quería tapar tanta magia…
¿Qué me decís, os gusta este tono?