Un flequillo desenfadado aporta un estilo juvenil y natural a nuestro rostro, pero a veces no sabemos muy bien como cuidarlo, vamos a ver unos consejos para ello, pero veamos primero los principales tipos de flequillo que suelen quedar bien a casi todo el mundo:
(Si tienes el pelo muy rizado, muy fino, muy poca cantidad, muchos remolinos en el nacimiento del cabello o la frente pequeña, mejor no optes por ponerte flequillo).
Despuntado: un aliado perfecto de las melenas medias o cortas que le aporta mucho movimiento.
Corto: un estilo muy peculiar que vuelve a ponerse de moda con la serie de televisión “La casa de Papel”.
Lateral: ideal para acompañar a recogidos y también para llevarlo en suelto, es el más elegante y fácil de modelar.
Tupido: para las personas que tienen la frente ancha.
Ligero: Largo y poco espeso, un estilo de flequillo que deja al descubierto gran parte de la frente, ideal para quienes no se atreven con uno más poblado, para quienes quieren ir adentrándose en el mundo del flequillo poco a poco o para quienes sólo quieren dar un toque diferente y complementario a su look.
Abierto o de cortina: largo y dividido en 2, una parte hacia cada lado de la cara. Permite disimularlo y recogerlo en cualquier momento de manera sencilla.
En algún momento de nuestra vida todos hemos querido probar con el flequillo, nos quede bien o no, y seguramente hemos terminado muy muy hartos de él, pero no sabemos por qué, al final con el paso del tiempo volvemos a plantearnos tenerlo de nuevo…
El flequillo es una de las partes del cabello que más fácilmente se ensucia, bien porque solemos tener tendencia a tocarlo demasiado, o por la grasa que la frente le aporta al rozarse, por ello es importante tener un buen mantenimiento del mismo. No es fácil mantener el flequillo a raya, no es fácil conseguir que no se abra, que no se ensucie demasiado, que tenga su longitud adecuada, así que voy a ver si puedo facilitaros un poco la vida y os voy a contar unos sencillos tips para su cuidado y mantenimiento:
Para lavarlo utiliza el champú que mejor le venga a tu cabello, o si lo vas a lavar sólo, un champú anti-encrespamiento que te permita manejarlo mejor y por tanto, tocarlo menos.
El día que no te laves el pelo pero tu flequillo si lo necesite, puedes aplicarle champú en seco por la noche y dejarlo actuar mientras duermes. Cepilla bien por la mañana para que quede suelto y más natural. Ésto te dará la ventaja de un día para el lavado.
También puedes optar por lavarte sólo el flequillo, que es mucho más cómodo que hacerlo con toda la melena si en realidad en el resto del cabello no te hace falta.
Para el acabado, si utilizas la plancha para darle un último pulido, hazlo de manera redondeada para que quede un acabado más natural.
Pero si no te importa, es mejor que lo hagas con aire, por ejemplo, con secador para que no quede tan tan liso.
También puedes usar rulos para modelarlo, que sean grandes para que no quede artificial.
Mantén el corte actualizado, en un flequillo es importante ir manteniendo la largura cortando muy a menudo, si te crece demasiado, perderá su forma y todo su esplendor.
Es mejor cortar el flequillo en seco, porque es cuando podemos ver su forma y su largura original, con lo que podemos guiarnos mejor y no llevarnos sorpresas porque si lo cortas en mojado, la largura es mayor y cuando se seca queda más corto.
Si te da la sensación de que cada dos por tres está descolocado, no intentes colocarlo contínuamente con las manos, ya que esto aportará muchísima grasa, es mejor que pongas un poco de laca o que utilices unas horquillas por ejemplo para mantenerlo en su lugar.
Un sencillo truco para saber si nos va a gustar o no tener flequillo antes de cortar, es probar con un postizo o simularlo con nuestro propio pelo sujeto con horquillas, así, estarás más seguro del paso que vas a dar con un corte definitivo.
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