Praying Hands de redfern.biz
Es importante utilizar a diario cremas hidratantes y protectoras, así como guantes que nos protejan del sol, el frío y la humedad cuando salgamos al aire libre y para las tareas del hogar o si tenemos un trabajo en contacto con agua o productos químicos agresivos. Además secaremos bien las manos después de lavarlas.
La exposición al sol puede provocar la aparición de verrugas, manchas, lentigos… La única forma de prevenir estas lesiones es usando protectores solares que limiten el daño de la radiación ultravioleta. Se deben usar de forma rutinaria cremas antioxidantes que nos protejan de los radicales libres. Y aplicarlas con un masaje para suavizar, relajar y revitalizar las piel y las articulaciones de las manos. Cuidaremos todos los productos que utilicemos, así como los tratamientos a los que nos expongamos. Si por ejemplo nos gusta el esmaltado permanente, no está demás aplicar una crema con protección solar antes de secar las uñas con la lámpara UVA. Si nos maquillamos las uñas con el método tradicional, cada vez que las desmaquillemos conviene usar un producto suave que al mismo tiempo las cuide.
A partir de los 40 años son evidentes los primeros signos de envejecimiento cutáneo en el dorso de la mano; la piel pierde elasticidad, se hace más fina y delgada dejando a la vista venas superficiales y los tendones de los dedos. Se hacen evidentes las primeras arrugas dando a las manos un aspecto deteriorado y maltratado. La alta tecnología cosmética también llega a las manos con productos como HSR Lifting Extra Firming Hand Cream de Babor (56 €) una intensiva cura anti-edad que, además de regenerar la dermis en profundidad, reducir arrugas y rejuvenecer, posee un efecto flash que mejora en tiempo récord el aspecto de las manos más castigas.
Cuando la cosmética se queda corta. Por supuesto hay que seguir utilizándola, pero además podemos hacer uso de técnicas de rejuvenecimiento específicamente diseñadas para esta zona. Para cuando el problema todavía no es muy evidente, hay complejos de revitalización, infiltración de cócteles de vitaminas que usados cada dos tres meses, consiguen efectos muy significativos y apreciables.
Los tratamientos encaminados a rejuvenecer las manos se centran en la eliminación de manchas, lentigos o queratosis con ayuda de peelings químicos, sistemas láser o fuentes de luz. Pero también podemos hacer uso de los rellenos para eliminar arrugas y pliegues en el dorso de las manos, y escleroterapia líquida o en microespuma para acabar con el aumento de los relieves de venas, huesos y tendones.
Más volumen. Cuando las manos se vuelven delgadas, finas, con las venas marcadas,existen diferentes productos para ofrecer una apariencia más joven: grasa, ácido hialurónico, hidroxiapatita cálcica… que son depositados bajo la piel por medio de unas microinyecciones con agujas de un diámetro muy pequeño, apenas molesto para el paciente. Con esto se consigue devolver a la piel el volumen perdido, mejorando la elasticidad y la hidratación. Los resultados son inmediatos, rellenando la piel del dorso de las manos, y a largo plazo, estimulando la producción de colágeno. Una piel mucho más joven y tersa. Hay que repetir el tratamiento cada seis meses.
Es posible combinar el relleno con otros tratamientos como la luz pulsada o peelings, para aclarar el tono y eliminar manchas. La luz pulsada aporta a la piel una coloración uniforme. Las manchas se atenúan y en algunos casos, desaparecen por completo. Además se mejora la textura y la calidad de la piel, apareciendo más lisa e hidratada. No deja cicatrices ni marcas de ningún tipo.