Los pantalones vaqueros se instalaron en nuestro armario en la segunda Mitad del siglo XX y siguen ganado protagonismo.
Los pantalones vaqueros se actualizan todos los años, hasta el punto de hacerse imprescindibles en nuestro día a día. Y es que no encontraremos una prenda tan versátil como los pantalones vaqueros. Los hay de todas formas y colores, tiro bajo, tiro alto, prelavados, oscuros, pitillos, rotos, con pedrería… Es una prenda que se reinventa cada año y si sabemos combinarla nos sirve para estar perfecta en todas las ocasiones por un precio más que aceptable.
Pero -siempre hay un pero- desde hace un tiempo, los médicos vienen alertando de los peligros que ocasionan unos pantalones vaqueros demasiado ajustados.
Cuando compramos unos pantalones vaqueros solo nos fijamos en que moldeen nuestra figura, y que destaquen nuestras piernas y glúteos, pero no pensamos en que llevar unos pantalones vaqueros demasiado ajustado durante varias horas al día afecta a la circulación sanguínea, pueden causar daños en las piernas, incluso en los pies.
La versatilidad de los pantalones vaqueros nos permite llevarlos todos los días de la semana, con solo cambiar la ropa de arriba, no somos conscientes del daño que nos pueden causar.
Ya existen varios estudios sobre los daños que los pantalones vaqueros ajustados y otras prendan causan a nuestra salud:
Problemas de circulación
Formación de varices o venas varicosas
Trastornos digestivos
Falta de sensibilidad en la parte inferior del tronco
Adormecimiento de las piernas
Hormigueo en piernas y pies
También debemos de tener en cuenta que, al tener una mala circulación sanguínea, se retienen más líquidos por lo que se favorece la celulitis y la piel de naranja.
A mí me encantan los pantalones vaqueros, pero ¿vale la pena llevarlos tan ajustados?
Lo ideal es llevar ropa de nuestra talla, que sea cómoda, además los pantalones vaqueros de por sí ya tienen algunas ventajas sin necesidad de llevarlos ceñidos.
Camuflan las grasas localizadas, no se nota la celulitis y nos aportan más curvas a nuestro cuerpo etc. ¿Qué más queremos?
A la hora de comprar unos pantalones vaqueros, lo básico es que conozcamos nuestro cuerpo, y sepamos bien que queremos ocultar y que cosas queremos resaltar, por ejemplo:
Los llamados pitillo van bien a mujeres delgadas y con largas piernas, las mujeres bajitas deben evitar los que son anchos por debajo. Los vaqueros de corte recto nos sientan bien a todas.
La cintura alta nos alarga las piernas haciéndonos parecer más altas, los de cintura baja recortan la silueta. Hay que encontrar el equilibrio entre una y otra.
Y los bolsillos ¿son un adorno? Para nada, los bolsillos pequeños aumentan nuestro trasero, con los bolsillos grandes parecerá que lo tenemos más pequeño. Las que tengáis poca cintura optar por que tengan bolsillos laterales, aumentan la cadera y dan sensación de cintura más estrecha.
El color también cuenta, los colores oscuros darán la impresión de que tenemos las piernas más largas y delgadas.
El largo perfecto es fundamental, un poco más cortos, los más estrechos de pierna.
El vaquero clásico nunca debe arrugarse cuando se encuentra con el zapato, mira bien a la hora de coger los bajos.
En cuanto a la textura nos fijaremos bien en que sujeten firmemente, es lo que diferencia a los pantalones vaqueros, la cualidad de sujeción que tienen.
Con estas pequeñas claves ya estamos listas para ir a comprar nuestros pantalones vaqueros.
Recuerda usa tu talla, da un paseo por la tienda para ver cómo se ajustan y como sientan.
Los pantalones vaqueros clásicos, son todo un acierto, podemos llevarlos para ir casi a cualquier parte, y si sabemos combinarlos quedan ideales para salir por la noche.
Eso sí imprescindible que sean ¡cómodos!
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Un saludo
Mari Carmen
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