Nota:*No puedo iniciar este post sin escribir sobre Dios. Porque todo lo que diré, Él me lo enseñó. Gracias! *
Te ocurre que has hecho algo demasiados años que no te imaginas cambiando el ritmo de vida? A mí me ocurrió. Desde los 19 trabajé y estudié al tiempo además de miles de compromisos. A los 21 me casé. A los 25 tuve un bebé que no dormía ni de día ni de noche. Personas cercanas me decían: qué carga!, cómo hacés?! cuando estoy finalizando mi segunda carrera…
… A los 26, colapsé.
Claro! trabajaba, me eximía en la Universidad, pasaba exámenes por suficiencia, daba clases a jóvenes… Sin embargo, las noches eran largas, eternas y el día: aguantaba el sueño en la U y el trabajo. Solo pasaba el tiempo en el reloj y ya. Curiosamente parecía que el estrés y la falta de sueño me hacía más eficiente y productiva.
…pero Mi bebé y yo no teníamos una conexión especial. Decía: no me quiere. Me decían: jamás! sos su mamá. Era la única que lo notaba?
Lloraba sin conocer motivos.
Cuidé mi peso durante el embarazo, por lo que al salir del parto era ideal, lo normal, la forma de la pancita, casi sin estrías. Un éxito! Luego, al regresar a mi rutina subí más de 10kg.
Llegué a sentir que mi alma ya no estaba pegada a mi cuerpo, no era yo la del espejo.
Este sentimiento no era precisamente por mi peso. Era muy real.
Mi esposo estaba sumamente preocupado por mi vulnerabilidad. No era para menos pero, después de todo siempre había tenido una rutina acelerada. Para mí era normal…
Conocen alguien así? Sienten lo mismo?
No es normal!
Gracias a Dios por él. Por su preocupación e insistencia al fin acepté ir al médico. Veredicto: depresión ansiosa como consecuencia de no cuidar una depresión post-parto.
A Dios gracias que fui debidamente atendida.
Tuve que realizar muchos cambios en mi vida. Los estoy haciendo justo en este momento. Cambios en contra corriente, pero que me trajeron paz.
Este blog es uno de ellos. Fearless? Estoy llena de miedos. Y entonces? She is fearless es un “lugar” donde puedo huir sin despegar los pies del suelo. Contar historias de personas que han logrado éxito no es casualidad. Es porque me inspiran. Darle el espacio a personas maravillosas para que se expresen es porque causar el mínimo impacto positivo es un motivo más.
Hay días que me siento una guerrera. Otros que se me agota el aire. Pero cada vez, tengo más oxígeno a mi alrededor.
Más adelante si tienen a bien, les comentaré sobre este hermoso y rocoso proceso liberador.
Ana Mc.