A modo de introducción os diré que se trata de un perfume floral, delicado, nada cargante, relativamente suave aunque persistente a lo largo de las horas.
Es un perfume que nace en el 2009, y tal vez no sea de los más emblemáticos de la marca, pero para mí su justo punto medio en todos sus matices lo hace ser especial, me explico un poco mejor: me parece una fragancia que es adecuada para cualquier franja de edad y para cualquier hora del día o actividad, voy igual de cómoda con ella a trabajar por la mañana que a cenar o a salir por la noche.
Obviamente mi recomendación es que probéis Idole para sacar vuestras propias conclusiones, pero aun así os voy a dar sus notas principales, que son la naranja amarga, pera, jengibre, davana, loukoum de rosas (un postre tipo gelatina aromatizada de la cocina turca y griega), jazmín, azafrán, resina de styrax, pachulí y vetiver.
En su salida parece un aroma frutal más juvenil, en sus notas medias se torna más floral y algo amaderada. Pero para mí es esencia es un floral muy delicado aunque con personalidad suficiente como para que no se aprecie parecido con otras fragancias que conozco. Las notas de madera las capto muy levememente y lo que sí le noto con el paso de las horas es el olor del Vetiver.
Es un perfume al que define perfectamente su frasco: intemporal, elegante pero juvenil y, como ya he dicho, apto para cualquier edad y ocasión.
Una vez más es un claro ejemplo de que la casa Armani no lanza perfumes al mercado porque sí, porque toca, sino que son fragancias diferentes, estudiadas y muy meditadas previamente, siempre surgidas de la mano de grandes perfumistas.
Si finalmente os decidís por esta fragancia os recomiendo que paséis por FAPEX, que es donde yo la compré; de hecho son ya varios los pedidos que he hecho en esta página y tanto la atención personal como los precios y la variedad de productos son excelentes.