1. Abre los esmaltes con más facilidad sumergiendo la parte de arriba en agua caliente durante unos segundos.
2. Destaca tus pestañas discretamente, marcando el rizador con el delineador.
3. Pinta los labios ligeramente con polvos de sabor. Cogemos un bastoncillo, lo humedecemos y empapamos con los polvos. Les darán color sin necesidad de utilizar labial.
4. Utiliza papel de cocina y ponlo entre las púas del cepillo. ¡Evitarás que se manche y llene de pelo!
5. Consigue un efecto máscara de pestañas con polvos traslúcidos. Aplica después de la primera capa de rímel y acaba con otra, encima de los polvos.
6. Integra pulpa de aloe vera y una sombra del tono que quieras para tus cejas. Introduce en un bote con un gupillón. Peina y perfila con la mezcla.
7. Añade unas gotas de suero para recuperar tu máscara de pestañas cuando se haya secado.
8. Ondula tu pelo fácilmente haciendo una trenza y marcándola con una plancha.
9. Convierte tu labial en mate poniendo un papel de cocina sobre tus labios cuando los hayas pintado. Aplica polvos traslúcidos sobre ellos. Retira el papel.
¡Ideas fantásticas!