Hoy os quería hablar un poco de una disciplina (o un arte, mejor dicho) que a mí hace ya tiempo que me robó un trocito de corazón: la danza clásica.
Sé que hay mucha gente a la que le llama la atención, ya sea por ser algo totalmente desconocido o por nostalgia de esos días de niñez en los que mamá nos plantaba una faldita y las típicas zapatillas, y nos llevaba a nuestra clase de todas las semanas. Hay mucha gente a la que le gustaría probar o volver a clase! Pero la idea de estar una hora delante de un espejo con ropa que no deja precisamente mucho a la imaginación… La idea de estar de estar con esas pintas delante de otra gente… Que seguro segurísimo se mueve mejor que yo, es más delgado que yo, más alto… más rubio… más moreno! Yo mejor me quedo en casita y tan a gusto! Señores, no!
Hay que lanzarse a la piscina! Estoy 100% segura de que no os vais a arrepentir. Más bien todo lo contrario! Os va a pasar como a mí (y a tantos otr@s): vais a estar contando los días para que se pasen las vacaciones de verano y poder volver a vuestras clases!
Para ayudarme en el duro intento de convenceros os voy a contar solo algunos de los muchos muchísimos beneficios que tiene esta disciplina de baile:
Te olvidas de todo. De verdad que cuando entras en una clase de ballet entras en otro mundo. Todo lo que está fuera de esas cuatro paredes deja de importar. Además, el ballet es un ejercicio que requiere tanta concentración que es imposible que mientras lo estás practicando puedas pensar en otras cosas.
Quemas calorías.
Tonificas los músculos.
Mejoras la elasticidad y flexibilidad.
Mejoras la postura. No hace falta que os diga mucho al respecto. Todos hemos visto la perfecta alineación de la columna, los hombros, las caderas de una bailarina. Todos la hemos envidiado por ello…
Hace que generes endorfinas. Las hormonas de la felicidad! Que además te ayudan a disminuir la ansiedad y a regular el apetito.
Descubres otra forma diferente de expresarte. Como en todos los tipos de baile, que no dejan de ser preciosas formas de expresión. Utilizando nuestro cuerpo, y no palabras, sobrevaloradas y a menudo vacías.
Conoces gente genial. Sin duda lo que más me ha marcado personalmente. Toda esa gente que desde tu casa imaginas haciendo mil piruetas y juzgándote por no poder hacerlas no es más que gente que siente lo mismo mismito que tú, con los mismos miedos e inseguridades. El ballet es una disciplina tan intensa que propicia que se formen comunidades preciosas. Tus compañeros de clase pasan a ser compañeros de fatigas, ilusiones, frusaciones y logros. Te puedo asegurarque nada une más que el ballet.
Te ayuda a sentirte mejor con tu cuerpo y a conocerte mejor. Cada cuerpo es diferente, y en el ballet eso se tiene muy en cuenta. Un buen trabajo es el que se hace desde el conocimiento de cada cuerpo, de sus puntos fuertes y sus limitaciones.
Así que ya sabes! No pierdas tiempo y acércate a la academia de tu barrio que seguro que tienen clases para adultos que se adaptan a tu nivel.
Aquí te dejo dos propuestas si estás en Madrid:
Centro de Danza María Rosa: especializado en danza clásica y española. Así que si te atraen estas disciplinas este es tu sitio. Lo mejor sin duda son los profesores. Se vuelcan siempre con cada uno de los alumnos para sacar lo mejor de cada cual. Además están adheridos al sistema ACADE, por tanto si estás interesado en obtener una titulación oficial tienes la posibilidad.
Centro de Ocio El Horno. En pleno centro de Madrid. Es un edificio entero y súper bonito. Tienen un sistema de bonos que viene muy bien si tienes horarios irregulares o te apetece probar más disciplinas aparte del ballet. Un bono de 12 cupones cuesta 95 euros, y con él puedes ir a cualquier clase. Dependiendo de la duración de la clase tendrás que entregar uno o dos cupones, y ya! Me parece un sistema genial para gente que quiere algo sin compromisos! Por mi parte nada más!
Muchas gracias por leerme una vez más!
Nos vemos en la próxima!
A bailar!