El orden de los factores sí altera el resultado
En nuestro día a día hacemos un sinfín de actividades de manera automática y sin pensar conscientemente en ellas. Son actividades que, de tanto repetir a diario o con cierta regularidad, nos salen automáticamente.Una de estas es lavarse el cabello siguiendo un orden: primero enjuagas, luego aplicas el champú, el acondicionador o mascarilla y, por último, enjuagas todo a fondo.
Hacemos todo esto, simplemente, porque las instrucciones en los envases de estos productos así nos indican y recomiendan. Pero, si te digo que existe una manera diferente con la cual conseguir mejores resultados, ¿me creerías?
¡Créetelo!
Simplemente invierte el orden: primero el acondicionador o mascarilla, enjuaga, después el champú, y vuelve a enjuagar.
Lo que consigues invirtiendo el orden - aplicando primero el acondicionador y a continuación el champú - es un cabello más limpio, sin apelmazar y con menos riesgo de encrespamiento, más volumen, más brillo, y un tacto tan suave que no dejarás de tocarte el pelo.
Yo lo he puesto a prueba y puedo afirmar que, en este caso, el orden de los factores SÍ altera el resultado.