Con tanto productos excelentes en el mercado, puede ser fácil (y muy tentador) usar demasiado productos para el cabello, abusar de determinadas fórmulas para conseguir volumen, brillo, excedernos con de los aparatos de calor, tratamientos químicos... Lo complicado de las hebras secas es que generalmente hay muchos factores que contribuyen. El sol, el mar, el cloro, la contaminación, los productos químicos, el peinado y el exceso de lavado contribuyen a que los mechones pierdan brillo, sin olvidarnos del estrés, la dieta y la genética!!. Con tantas causas, vamos a empezar.
Cada mechón de tu cabello está cubierto con una capa de cutícula, que está hecha de células aplanadas que se superponen como tejas en un techo. Cuando la cutícula queda plana, el cabello se ve suave y brillante. Cuando la cutícula se levanta, pierdes esa reflectividad, haciendo que tu cabello luzca sin vida y opaco.
SÁLTATE UNA SESIÓN DE CHAMPÚ. Empecemos por lo básico, cuando se trata de elegir un champú para cabello seco y sin brillo, opta por un champú suave sin sulfatos que sea más amable con los mechones deshidratados, por ejemplo podemos encontrar en los productos de Kérastase el que mejor se adapte a estas necesidades. A continuación, piensa en la frecuencia con la que lo usas. Casi todos los expertos están de acuerdo en que no debes lavar tu cabello con champú más de 2 o 3 veces por semana. Por qué?!. Porque demasiado lavado le quita a tu pelo seco los aceites naturales que tanto necesita. En resumen, menos lavados equivalen a un cabello más saludable.
TE PONES ACONDICIONADOR EN EL CUERO CABELLUDO. El champú es solo para limpiar el cuero cabelludo y la mascarilla o acondicionador es para el cabello.
Los acondicionadores tienen cuaternarios, o moléculas catiónicas cargadas positivamente, que son más irritantes que los ingredientes del champú. Si dejas el acondicionador en el cuero cabelludo, se irritara. Una opción a tener en cuenta es cambiar tu acondicionador con aclarado por una fórmula sin aclarado.
COME EN TU CAMINO HACIA UN PELO SALUDABLE. Al igual que nos salen brotes de granitos cuando estamos estresadxs, nuestros mechones secos pueden ser una llamada de atención. Una mala alimentación realmente se puede notar en nuestras hebras, así que si quieres un cabello saludable e hidratado, también debes trabajarlo desde adentro. Completar tu dieta con alimentos nutritivos ricos en aceites Omega-3 y vitaminas (pista: el salmón, el aguacate, las semillas de calabaza y las nueces son excelentes fuentes) es una buena manera de comenzar el proceso de reparación. La bonificación adicional?!. Estos alimentos también pueden hacer cosas buenas para la piel, los ojos y las uñas.
MINIMIZA TUS PEINADOS CON CALOR. Dale a tu pelo un descanso del calor excesivo e intenta dejarlo secar al aire, pero si no puedes renunciar a estas herramientas de calor, además de usar siempre protector de calor, trata de mantener tu secador de pelo por lo menos a seis pulgadas de su cabeza, no uses configuraciones de calor muy altas, y trabaja rápidamente con rizadores o planchas para minimizar la exposición.
LIMITA TUS TRATAMIENTOS QUÍMICOS. Para mantener un cabello saludable, se recomienda limitar los procesos químicos (como coloración, permanente o alisados) a cada 8 a 10 semanas si es posible. Y recuerda que cuando tengas que teñir tu raíz, no hace falta que apliques tinte por todo el pelo.
UNTA UN POCO DE ACEITE. Restaura la luminosidad con un aceite natural nutritivo. Úsalo como un tratamiento semanal (masajea en el cuero cabelludo y el cabello) o usa unas gotas diariamente en las puntas para mejorar la hidratación y el brillo. Puedes usar: aceite de almendras dulces porque es rico en agentes hidratantes, trata la sequedad y previene la deshidratación, aceite de coco porque penetra muy fácilmente en la fibra capilar y el aceite de argán por ejemplo, es ideal para hidratar las puntas abiertas.
CEPILLAR EL PELO. Aunque no hace falta pasar el cepillo muchas veces al día, lo cierto es que el cepillado extrae los aceites naturales del cuero cabelludo hacia el cabello, lo que actúa como un humectante natural. Asegúrate de elegir un cepillo con cerdas naturales o de jabalí, que son una alternativa más suave y menos dañina que el metal y el sintético.