Llega el verano y junto a él, las prisas por adelgazar. Todos queremos lucir una figura radiante o un cuerpo diez en la playa o en la piscina; y el calor a su vez, hace que utilicemos ropa que deja ver nuestra forma física. Es entonces cuando apreciamos que nos sobran unos michelines, cuya existencia hemos pasado por alto en el invierno. Son muchas las dietas milagrosas a las que nos aferramos con el objetivo de quitarnos de encima esos kilos de más en el menor tiempo posible. La salud queda en segundo plano.
Infusiones, planes de adelgazamiento, bebidas, pastillas, refrescos y miles de productos más; todos ellos con un denominador común: perder peso al precio que sea. La mejor publicidad para cualquiera de estas maravillas es el boca a boca, método contradictorio en una sociedad tan basada en la ciencia como la nuestra. Son pocas las dietas realmente efectivas y muchos menos los consumidores de éstas los que acuden a personas adecuadas como médicos o nutricionistas. Sin embargo, debemos saber que corremos el riesgo de enfrentarnos a consecuencias desconocidas atendiendo a pautas que no están marcadas por un experto. Es el caso del sirope de savia, un producto que hay que saber emplear en su justa medida.
Un edulcorante con tradición
El sirope de savia se puede utilizar como un edulcorante para endulzar cualquier comida que tenga sabor amargo o desagradable. La otra cara de este endulzante la encontramos cuando lo utilizamos como remedio para adelgazar, ya que se comercializa como una cura de savia y zumo de limón, pero se entiende que uno de sus beneficios es perder peso, puesto que recomiendan una dieta basada en el ayuno o en el semiayuno. Aunque en la publicidad avisan claramente de que "no se trata ni de un medicamento ni de una forma de alimentación, sino de una cura a base de zumo de limón y sirope de savia".
El sistema del ayuno se fundamenta en ingerir solamente sirope de savia de siete a diez días. Pasado este tiempo, se realiza una transición alimenticia correcta de dos a tres días, en los que se hace una dieta estricta sin apenas proteínas o hidratos de carbono; esencialmente con vegetales, verduras al vapor, ensalada o infusiones.
Por su parte, el semiayuno consiste en sustituir la cena o el desayuno por dos o tres vasos de savia, limón, pimentón de cayena y agua. Juan Mª Serra, dueño de la farmacia Serra Mandri, nos explica que "hay gente que hace una cura de ayuno con caldos, infusiones o zumos durante unos días para asegurarse un sistema que cubra la franja energética mejor". También nos explica que después de la dieta se regresa a la alimentación habitual de forma progresiva, con verduras al vapor y frutas cocidas.
En opinión de Christian Brandizi, diplomado en dietética y nutrición tanto en España como en Estados Unidos, "esta dieta es otra dieta milagrosa que lo único que consigue es una pérdida de peso rápida a base de perder masa muscular, cuando el verdadero problema es el exceso de grasa". También nos comenta que "la masa muscular se pierde muy rápido, ya que su contenido calórico es muy inferior al de la masa grasa, pero lleva a una reducción severa del metabolismo, y a un aspecto más blando. Esa reducción del metabolismo es la que luego lleva al conocido efecto yo-yo".
Ventajas e inconvenientes
Debemos de ser consecuentes siguiendo este procedimiento, ya que puede provocar episodios de fatiga, agotamiento, desvitalización o desmineralización e insomnio. Serra afrima que "las cefaleas, la lengua blanca y demás síntomas se producen porque el organismo elimina toxinas, su origen puede ser hepático".
Respecto a la ausencia de nutrientes, Brandizi nos advierte de que "aquí se ve claramente el engaño del producto. Si aporta todos los nutrientes necesarios, ?cómo es posible que produzca desmineralización (falta de minerales)? El resto de efectos secundarios son los típicos de estar matando de hambre al cuerpo: falta de energías, falta de concentración, dolor de cabeza, etc."
Serra precisa que "no es una dieta que pueda prolongarse en el tiempo; no debemos olvidar que sólo está pensada para hacer una cura de ayuno de cinco a diez días. Una persona que no está al 100% debería consultar antes con su médico". Nos cuenta que los terapeutas naturistas la defienden para una función depurativa puntual a corto plazo: "es una cura de primavera que tiene arraigada la tradición europea".
Una poco saludable
En la publicidad también nos indican que no supone ningún riesgo para la salud, ya que el cuerpo se abastece de todos los nutrientes necesarios durante la misma y el metabolismo se ve reforzado, aunque Serra concluye que "no las cubre más allá de un periodo corto, ya que proporciona únicamente el primer requisito de una dieta correcta: la energía en forma de carbohidratos no refinados de origen natural. Aunque no tiene prácticamente aporte proteico o lipídico, sí que aporta algunos micronutrientes minerales básicos, además del jugo de limón, que se deben añadir siempre al jarabe".
Sin embargo, el nutricionista y dietista Brandizi opina que "para que el cuerpo funcione correctamente hay que darle todos los nutrientes necesarios y llevar una vida sana para que esas funciones fisiológicas se realicen con normalidad sin necesidad de matarlo de hambre, y el sirope de savia no aporta casi nada de nutrientes básicos".
Consejos para perder peso
Christian Brandizi afirma que no cree que ningún nutricionista ni dietista aconseje esta dieta, "pero si hay alguno que la recomienda está obviamente engañando a sus clientes o no sabe muy bien lo que hace". Nos asesora que "la dieta del sirope de savia es un camino seguro a recuperar el peso perdido e incluso más. Si se busca adelgazar de forma efectiva (que es igual a mantener el peso durante toda la vida) ni esta dieta ni otras de las llamadas 'milagrosas' pueden ser una opción inteligente a elegir, ya que carecen de toda lógica.
Además, nos recuerda que conseguir un cuerpo perfecto lleva su tiempo, que hay que ser constante y paciente. "Nadie se ha acostado una noche y al día siguiente se ha levantado con 10 kilos de más. Ha sido la dejadez durante meses y años lo que lo ha provocado. ¿Qué sentido tiene pensar que en unos días va a revertir el estado de su cuerpo que ha tardado tantos meses o años en deteriorarse?".
Si queremos perder peso y a la vez mantener nuestro cuerpo saludable, el experto nos alienta a que nos olvidemos de las dietas milagro, y a que "si este verano no han conseguido su figura ideal, se planteen objetivos serios y se propongan cumplirlos, que se apunten a un gimnasio o que empiecen a hacer deporte, que se alimenten bien olvidando todos los precocinados y alimentos muy altos en calorías. Y así, poco a poco, les puedo asegurar que para el siguiente verano tendrán un cuerpo sano y libre de grasa. Y que se debe tener en cuenta que, la paciencia y perseverancia son la clave".
Agradecimientos: Juan Mª Serra, dueño de la farmacia Serra Mandri y Christian Brandizi, diplomado en dietética y nutrición.