Parpadeamos entre doce y veinte veces por minuto (unas 12.000 veces al día). Este gesto somete a la piel del contorno de ojos a un estrés constante, provocando la pérdida de elasticidad y distensión en una zona donde la piel es mucho más fina y delicada que en el resto del rostro.
La aplicación de cremas específicas mañana y noche nos ayudará a prevenir arrugas, deshidratación y flacidez.